viernes, 20 de marzo de 2020

Psicología humanista de Abraham Maslow.

Abraham Maslow (1908-1970).
Abraham Maslow (1908-1970) es considerado como uno de los fundadores de la psicología humanista y es conocido en el campo de la psicología a partir de la pirámide que lleva su nombre o jerarquía de las necesidades humanas.  Afirma que no tiene sentido extrapolar al ser humano las investigaciones que se han desarrollado en torno a los animales sin atender a sus facultades intelectuales superiores. En su obra La teoría de la motivación humana del año 1943 introduce una concepción jerárquica de las necesidades que todas las personas tenemos que satisfacer y que de un modo u otro estarán presentes en nuestra vida. Muchos elementos de su obra han sido utilizados en ámbitos tan diferentes como el marketing, la economía o las finanzas. Es una concepción que se encuentra muy influenciada por ideas y estereotipo propios de una sociedad capitalista.
Maslow considera que ningún ser humano puede pasar al siguiente nivel sin tener cubierto el anterior.  Se ocupa en primer lugar de las necesidades básicas o fisiológicas del organismo y del cuerpo. Podemos encontrar necesidades como respirar, alimento, descanso, dormir, evitar el dolor, actividad sexual…. Parece que sin la satisfacción de estas necesidades básicas de carácter instintivo y biologista no nos sería posible desarrollar un proyecto de vida propio. Sin embargo, si analizamos la historia podremos encontrar a diversos personajes que supieron elevarse más allá de esa limitación en la satisfacción de esas necesidades básicas y constituyeron un ejemplo para la humanidad. Por tanto, si nuestras necesidades fisiológicas o biológicas quedan  parcialmente insatisfechas, esto no significa que no podamos seguir avanzando. Lógicamente, es manifiesto que empobrece el proceso y genera más sufrimiento.
La segunda parte de las necesidades que plantea jerárquicamente Maslow corresponde a las necesidades de seguridad. Se  incluye todas aquellas necesidades que son básicas para vivir pero que ya no son meramente fisiológicas: seguridad física que asegura la integridad física, salud, los aspectos de carácter moral y físico que nos permita disfrutar de las primeras necesidades fisiológicas: acceso a una vivienda digna, conseguir nuestros propios recursos para satisfacer nuestra vida mediante el trabajo, acceso a planes sanitarios o de salud, la capacidad de tener propiedades privadas o seguros que nos protegen en caso de conflicto o problema. A nivel psíquico, a medida que el ser humano evoluciona se da cuenta que más allá de la satisfacción de la necesidades básicas de carácter fisiológico necesita también de satisfacción de necesidades de seguridad. En principio este tipo de necesidad es apremiante. Hay personas, sin embargo, que se encuentran en situación de indefensión aprendida, o en general de poca responsabilidad en su vida, y, por tanto, no asumen el compromiso para satisfacer las necesidades de este segundo estrato de la pirámide de Maslow.
El tercer tipo de necesidades que procuramos su satisfacción tienen que ver con la afiliación o pertenencia. En este tercer estrato o nivel de la pirámide encontramos la necesidad de la amistad, del afecto. Aquí nos encontramos el amor de pareja y no centrado exclusivamente al aspecto sexual sino al afecto y a la pertenencia. Se trata de un tipo de necesidad que nos lleva a la superación de la soledad y del ostracismo. Como mamíferos que somos de manera inevitable tenemos una necesidad fuerte de vínculo. Y no sólo físicamente sino también a tener una cotidianidad de sabernos parte de una comunidad, de una iglesia, de un club social. Esta necesidad pudiera ser explotada sobremanera por el capitalismo para hacernos sentir parte de grupos a los que no necesariamente somos: las marcas, determinado tipo de comida… A veces el ostracismo, el aislamiento, el exceso de trabajo, las inseguridades personales nos desconectan de esta necesidad de fusión y de afiliación con los otros. De nuevo, nos damos cuenta que los nuevos tipos de necesidades no invalidan a la otra sino que jerárquicamente una es más necesaria para que una persona pueda existir. ¿Cómo podemos estar pensando en una gran necesidad de amar y de ser amados si no sabemos dónde vamos a vivir, si vamos a tener una casa que nos?
El cuarto nivel o estrato de la pirámide se refiere a la necesidad de reconocimiento. Una vez que hemos satisfecho las necesidades anteriores es necesario satisfacer las necesidades de autoestima, de confianza, de respeto, alcanzar logros y éxito en la vida. Necesitamos un reconocimiento hacia aquello que hemos logrado, a través de nosotros mismos o con ayuda de los demás. Pero, ¿cuántas veces no nos sentimos esclavizados, lejos de ser independientes o de ser libres aun tendiendo las necesidades tanto de tipo fisiológico, de seguridad y afiliación resueltas? Maslow distingue entre la estima alta y la estima baja. La estima alta se refiere a la necesidad de respeto hacia uno mismo e incluye sentimientos como confianza, competencia, maestría, logros, independencia y libertad. Y la estima baja se refiere a la necesidad de respeto por el resto de personas, la necesidad de atención, de aprecio, de reconocimiento, de reputación, de estatus, de dignidad, de fama, de gloria e incluso de dominio. Las personas de baja estima son aquellas personas que se preocupan por lo que el resto de personas puedan pensar en él. Por lo tanto, dependiendo del individuo puede surgir una alta estima o baja, o ambas simultáneamente.
Por tanto, el autorreconocimiento, la confianza en sí mismo, el sentido de dignidad, de respeto, de éxito son necesidades legítimas siempre y cuando no dominen a todo el yo. Si éste fuera el caso nos transformaríamos en neuróticos y enfermos en busca de aprobación, de aceptación y de reconocimiento Y así, no podríamos ser felices sino que seria una forma de ser esclavo. No somos libres cuando imploramos el reconocimiento de los otros. Maslow considera que la necesidad de reconocimiento incluye el respeto de los demás, el estatus, la fama, la atención, la reputación, la dignidad. Y en su parte más elevada la autoconfianza, la autoestima, el sentido de competencia o logro personal, de independencia y de libertad.
Finalmente, el quinto estrato o nivel de la pirámide se relaciona con la satisfacción de las necesidade de autorrealización. Maslow considera que ningún individuo puede llegar a la autorrealización sin haber cubierto antes los cuatro primeros puntos de la pirámide, al menos hasta cierto punto. Podemos encontrar desde los aspectos espontaneidad, creatividad, el ir más allá de los prejuicios, aceptación de hechos, gestión de problemas, liderazgos o de los sistemas de creencias que nos han alimentado, la aceptación de la realidad tal como nosotros la podamos entender, una capacidad de tener resiliencia, es decir, la capacidad para adaptarnos y resolver problemas en situaciones críticas o de conflicto. Maslow  se basó en personajes como Abraham Lincoln, Thomas Jefferson, Gandhi o Albert Einstein  personajes que han sido muy admiradas por la sociedad. Son personas muy centradas en las realidad, que saben distinguir lo verdadero de lo falso, se enfrentan a los problemas pero siempre orientado a las soluciones, independientes del entorno y de la cultura dominantes, basados en las experiencias y juicios propios, resistentes a la enculturación, inconformistas, con sentido del humor, aceptación de sí mismos y de los demás, sin ser pretenciosos, creativos, originales y con tendencia a vivir con una gran intensidad. El nivel más alto se relaciona con la autorrealización y desarrollo de nuestro ser interior. Es necesario crecer como personas, de llegar a ser quienes somos realmente por naturaleza. Se trata de un desarrollo psico-espiritual y no necesariamente religioso, que da una forma y un sentido personal al mundo. Las necesidades de autorrealización, en muchos sentidos, se relacionan directamente con la humanización de la conducta, de la comprensión de uno mismo y del prójimo. Observamos que muchas personas que aparentemente tienen todo lo necesario para ser felices: pareja, hijo, trabajo, dinero, reconocimiento… pero que en el fondo tienen una existencia vacía. Esto es consecuencia de que no son dueños de su vida. Estas personas no han encontrado una verdadera autorrealización. Concretamente Viktor Frankl, fundador de la logoterapia.  centra su enfoque psicoterapéutico en el sentido humano de lo que nos sucede. Se trata de una evaluación personal de lo que es realmente importante en la vida de las personas. Aquí la persona encuentra la integración de su vida completa como persona: ¿Por qué vivimos esta vida? No es algo sencillo, sino que es altamente personal, único y apasionante. Es un viaje de desarrollo psico-espiritual, no necesariamente religioso, donde comprendemos el sentido y los verbalizamos y caminamos con las otras necesidades luchando por seguir satisfaciéndolas. Si para alguien la autorrealización es evitar el sufrimiento en seres vivos (el budismo…) entonces se convertirá en vegano: se transforma en una persona menos violenta y con una forma de comer más pacífica y centrado en el no dolor. Sus necesidades de seguridad cambian: es una persona menos consumista. Desde  el punto de vista de las necesidades de afiliación, se relacionará con personas más congruentes con su tipo de vida, a actuar desde el respeto. La autorrealización dota de un sentido profundo y personal a la vida y no pretende imponerlo a nadie. A su vez, en su necesidad de reconocimiento, podría observar que los demás hacen lo mismo y entonces existe un proceso de retroalimentación.
Con la autorrealización, se alcanza una situación de homeostasis o equilibrio. Y, por supuesto, el equilibrio siempre va a estar relacionado con la armonía y con la salud, es decir, nuestras vidas tendrá menos y más congruencias.
La pirámide de Maslow no es una estructura mecánica y fría que podamos imponer a nadie. Es un enfoque dinámico pues nuestra vida es movimiento y cambio. Se asocia al bienestar y no como manipulación de las necesidades de las personas. Es una estructura viva que constantemente se va moviendo, nos permite observarnos a nosotros y nuestro mundo circundante.