El curioso caso de Benjamin Button es una película dirigida por David Fincher en el
año 2008 y protagonizada por Brad Pitt y Cate Blanchet. Dentro de la
filmografía del director El curioso caso
de Benjamin Button constituye una pequeña sorpresa, muy habituado al cine
de suspense y de terror: Aliens 3, de
1991, The game, de 1997, Seven, de 1999, La habitación del pánico, de 2002 o Zodiac de 2007. La película no tiene nada de terror ni suspense
sino, por el contrario, un componente dramático importante. Su tronco
argumental gira como eje principal el
paso del tiempo y cómo valoramos las cosas cuando su fin se aproxima. A partir de esta premisa sobre el paso del
tiempo da juego para muchas reflexiones sobre la vida y su sentido, con escenas
dramáticas que conmueven al espectador de manera inevitable. La película se
basa en un relato de Scott Fitzgerald que lo publicó en una revista en el año
1922.
La película gira en torno a la figura de Benjamín Button, una persona que
nace vieja y se va haciéndose más joven conforme pasan los años. Su padre
biológico, Thomas Button lo abandonó en la puerta de un asilo de ancianos,
después de la muerte de su esposa al dar a luz. Una mujer llamada Queenie se
hará cargo del bebé. Cuando tiene siete años, Benjamin conoce a Daisy, la nieta
de una de las señoras que vive en el asilo. Aunque él aparentaba tener unos 80
años, una gran amistad se forjará entre los dos. Benjamin y Daisy se mantendrán
en contacto a lo largo de toda la vida para volver a reunirse cuando ambos
tienen 40 años.
La película gira en torno al paso incesante del tiempo y se plantea la cuestión de: ¿Qué harías si tu vida se desarrollase al orden inverso al habitual, es
decir, que nacieras viejo físicamente (aunque no de mentalidad) y con el paso
del tiempo te vas haciendo más joven (aunque no de mentalidad)? De esta
cuestión del tiempo hace plantearnos otras cuestiones: ¿Qué harías si tuvieras que ver morir a todos tus seres queridos
mientras que tú sigues vivo? Parecería una cuestión muy dramática y
trágica. La película es una reflexión sobre la vida y cómo la vida de todas las
personas, independientemente de quiénes sean o de los padecimientos que sufran,
está abocada a la muerte. En la película Benjamín Button afirma: mi padre una vez me dijo: todo tiene su
tiempo. Justamente por eso hay que saber apreciarlo: sólo se es una vez
niño, una vez joven, una vez adulto y una vez anciano. Nacemos, crecemos y
morimos. El nacer y el morir siempre estarán ahí. Lo que nos queda es vivir la vida
lo mejor que podamos, sin arrepentirte de nada y llenándolas de gratas
experiencias.
En el fondo Benjamín intenta responder a todas esas cuestiones
existenciales que todos nosotros nos planteamos para atisbar al menos un cierto
sentido al proyecto de nuestra vida. La residencia de ancianos con el paso de
tiempo se llena de nuevas personas que sustituyen a las que mueren. Pero
siempre se respira un aire de tristeza y melancolía. Todos los ancianos que se
encuentran ahí sólo recuerdan y lamentan sus viejas glorias. Benjamin, a pesar
de su enfermedad, logra a comprender lo plena que puede ser su vida y lo corta
que es. Por ello, al igual que cualquiera que nosotros, desconoce cuánto tiempo
de vida le queda y en lugar de esperar a la muerte como el resto de compañeros
de la residencia, decide explorar aspectos de su vida que le apasionan y le
hace sentir más persona. En nuestra andadura vital, según reflexiona el
protagonista cuando es preguntado por Daisy, no debes aferrarte a nada
material: Estaba pensando que nada es
para siempre y lo triste que resulta.
La película trae la reflexión de que el tiempo que dispone cada persona en
su vida es sumamente valioso y que no debería desperdiciarse bajo ningún
concepto. Y sentimos que cuando la muerte nos acecha nos damos cuenta de qué
cosas son realmente importantes. La película asume en buena medida ideas que
aparecen en la filosofía de la existencia. Heidegger
reflexionaba sobre la constante situación de finitud del ser humano, porque de
manera inevitable somos un ser abocado a la muerte. Si comprendemos esta
finitud constitutiva del ser humano, entonces cada momento que vivamos es
importante y hay que aprovecharlo al máximo. Como si se tratara del eterno retorno de Nietzsche debemos aceptar cada momento de nuestro de nuestra existencia
de modo pleno y afirmándolo con tanta intensidad que queramos su eterno retorno
en el tiempo una vez y otra vez.
La película no adquiere en absoluto un tono pesimista, a pesar de que le
sobraran motivos para que hubiera podido desarrollarse de ese modo. No trata el
tema de la enfermedad que padece Benjamin ni cómo éste se cuestiona por qué
nació así y por qué existe. Sucede lo contrario, trata sobre cómo Benjamin
afronta su vida del mejor modo posible, con coraje, firmeza y determinación. El
tema de la enfermedad que padece Benjamin se deja en segundo plano. ¿Debemos llenar el tiempo de vida que nos
queda en rencores y tristezas? ¿No será acaso preferible disfrutar de nuestro existencia
en el mundo? La película está repleta de reflexiones sobre la vida y la
muerte.
Cuando Thomas Button confiesa a Benjamin que era su padre, él podría haber reaccionado
con odio y desprecio hacia él por haberle abandonado. Sin embargo, reacciona de
modo contrario decidiendo pasar los últimos momentos de su padre a su lado. Benjamin
decide perdonar antes de odiar porque en una vida tan efímera odiar no es algo
que valga la pena.
La película nos muestra que el inicio y el final de la vida de una persona
tienen muchos paralelismos: no tienen plena autonomía, necesitan dormir mucho,
se mueven poco… Muchos ancianos, más cuando se vuelven seniles vuelven a
comportarse como niños en muchos aspectos, con actitudes muy infantiles.
La película parte del recurso del diario, al modo de Titanic: la historia se cuenta a través de cartas y de notas que
dejó Benjamin a lo largo del transcurso de su vida. La película comienza con una
anciana Daisy en sus últimos momentos de vida con su hija Caroline en el
hospital donde narra la historia de cómo conoció a Benjamin. Es muy creativo el
hecho deque mientras Caroline lee estas cartas se da cuenta que Benjamin es su
padre. El protagonista es especial y esta peculiaridad constituye su principal
virtud y que lo usa para gustar a la gente y le permite superar muchos
obstáculos. Benjamin va pasando por las diferentes etapas de la vida: de
descubrimiento y de exploración de la existencia que pasamos a todos en un
orden acorde al habitual. Hay aventuras amorosas, romances, amigos… muy
parecido a Forrest Gump. Si lo
analizamos detenidamente, la película guarda muchos puntos de unión con Forrest Gump, quizás porque compartan el
mismo guionista Eric Roth aunque parten de fuentes distintas. Forrest Gump se basaba en una novela y
esta película, tal como señalamos antes, parte de un relato corto de Scott
Fitzgerald. Comparten una misma circunstancia: tanto Benjamin como Forrest Gump
están enamorados de una mujer a lo largo de toda una vida. En ambos casos,
tanto Daisy como Jenny no están convencidas inicialmente de pasar toda la vida
con su prometido, pero tras pasar por momentos de dificultad acabarán juntos. Quizás
la principal diferencia es el aspecto fantasioso de nuestra película: como la
vida de una persona que se desarrolla en orden inverso al normal.
Las interpretaciones de todos los actores de la película resultan absolutamente
maravillosas, especialmente la de Brad Pitt, una de sus mejores interpretaciones
de la carrera. A destacar los efectos visuales generados por ordenador que
permitió a Brad Pitt interpretar el mismo personaje con independencia de la
edad. También destaca la interpretación de Cate Blanchet en las distintas fases
de la vida del personaje de Daisy.
La película puede provocar reacciones muy diversas. Pero,
independientemente de esto, la película nos pide que disfrutemos de la vida,
que nos enamoremos, que perdonemos, que pasemos tiempo con las personas que son
realmente importantes, que llenemos nuestra vida del mayor número de
experiencias apasionantes. Hay muy poco tiempo para hacerlo efectivo. Podemos
hacer de nuestra vida un viaje realmente increíble del que nos sintamos plenos.
Podemos tropezar, tener muchas dificultades, pero ¿cómo explicar esa maravillosa sensación que nos envuelve cuando hemos
superado un problema que pensábamos que no tenía solución? Porque, como
afirma Benjamín Button nunca es demasiado
tarde, o en mi caso demasiado temprano para ser quién quieres ser.