jueves, 2 de abril de 2020

El curioso caso de Benjamin Button.


El curioso caso de Benjamin Button es una película dirigida por David Fincher en el año 2008 y protagonizada por Brad Pitt y Cate Blanchet. Dentro de la filmografía del director El curioso caso de Benjamin Button constituye una pequeña sorpresa, muy habituado al cine de suspense y de terror: Aliens 3, de 1991, The game, de 1997, Seven, de 1999, La habitación del pánico, de 2002 o Zodiac de 2007. La película no tiene nada de terror ni suspense sino, por el contrario, un componente dramático importante. Su tronco argumental gira como eje principal el paso del tiempo y cómo valoramos las cosas cuando su fin se aproxima.  A partir de esta premisa sobre el paso del tiempo da juego para muchas reflexiones sobre la vida y su sentido, con escenas dramáticas que conmueven al espectador de manera inevitable. La película se basa en un relato de Scott Fitzgerald que lo publicó en una revista en el año 1922.
La película gira en torno a la figura de Benjamín Button, una persona que nace vieja y se va haciéndose más joven conforme pasan los años. Su padre biológico, Thomas Button lo abandonó en la puerta de un asilo de ancianos, después de la muerte de su esposa al dar a luz. Una mujer llamada Queenie se hará cargo del bebé. Cuando tiene siete años, Benjamin conoce a Daisy, la nieta de una de las señoras que vive en el asilo. Aunque él aparentaba tener unos 80 años, una gran amistad se forjará entre los dos. Benjamin y Daisy se mantendrán en contacto a lo largo de toda la vida para volver a reunirse cuando ambos tienen 40 años.
La película gira en torno al paso incesante del tiempo y se plantea la cuestión de: ¿Qué harías si tu vida se desarrollase al orden inverso al habitual, es decir, que nacieras viejo físicamente (aunque no de mentalidad) y con el paso del tiempo te vas haciendo más joven (aunque no de mentalidad)? De esta cuestión del tiempo hace plantearnos otras cuestiones: ¿Qué harías si tuvieras que ver morir a todos tus seres queridos mientras que tú sigues vivo? Parecería una cuestión muy dramática y trágica. La película es una reflexión sobre la vida y cómo la vida de todas las personas, independientemente de quiénes sean o de los padecimientos que sufran, está abocada a la muerte. En la película Benjamín Button afirma: mi padre una vez me dijo: todo tiene su tiempo. Justamente por eso hay que saber apreciarlo: sólo se es una vez niño, una vez joven, una vez adulto y una vez anciano. Nacemos, crecemos y morimos. El nacer y el morir siempre estarán ahí. Lo que nos queda es vivir la vida lo mejor que podamos, sin arrepentirte de nada y llenándolas de gratas experiencias.
En el fondo Benjamín intenta responder a todas esas cuestiones existenciales que todos nosotros nos planteamos para atisbar al menos un cierto sentido al proyecto de nuestra vida. La residencia de ancianos con el paso de tiempo se llena de nuevas personas que sustituyen a las que mueren. Pero siempre se respira un aire de tristeza y melancolía. Todos los ancianos que se encuentran ahí sólo recuerdan y lamentan sus viejas glorias. Benjamin, a pesar de su enfermedad, logra a comprender lo plena que puede ser su vida y lo corta que es. Por ello, al igual que cualquiera que nosotros, desconoce cuánto tiempo de vida le queda y en lugar de esperar a la muerte como el resto de compañeros de la residencia, decide explorar aspectos de su vida que le apasionan y le hace sentir más persona. En nuestra andadura vital, según reflexiona el protagonista cuando es preguntado por Daisy, no debes aferrarte a nada material: Estaba pensando que nada es para siempre y lo triste que resulta.
La película trae la reflexión de que el tiempo que dispone cada persona en su vida es sumamente valioso y que no debería desperdiciarse bajo ningún concepto. Y sentimos que cuando la muerte nos acecha nos damos cuenta de qué cosas son realmente importantes. La película asume en buena medida ideas que aparecen en la filosofía de la existencia. Heidegger reflexionaba sobre la constante situación de finitud del ser humano, porque de manera inevitable somos un ser abocado a la muerte. Si comprendemos esta finitud constitutiva del ser humano, entonces cada momento que vivamos es importante y hay que aprovecharlo al máximo. Como si se tratara del eterno retorno de Nietzsche debemos aceptar  cada momento de nuestro de nuestra existencia de modo pleno y afirmándolo con tanta intensidad que queramos su eterno retorno en el tiempo una vez y otra vez.
La película no adquiere en absoluto un tono pesimista, a pesar de que le sobraran motivos para que hubiera podido desarrollarse de ese modo. No trata el tema de la enfermedad que padece Benjamin ni cómo éste se cuestiona por qué nació así y por qué existe. Sucede lo contrario, trata sobre cómo Benjamin afronta su vida del mejor modo posible, con coraje, firmeza y determinación. El tema de la enfermedad que padece Benjamin se deja en segundo plano. ¿Debemos llenar el tiempo de vida que nos queda en rencores y tristezas? ¿No será acaso preferible disfrutar de nuestro existencia en el mundo? La película está repleta de reflexiones sobre la vida y la muerte.
Cuando Thomas Button confiesa a Benjamin que era su padre, él podría haber reaccionado con odio y desprecio hacia él por haberle abandonado. Sin embargo, reacciona de modo contrario decidiendo pasar los últimos momentos de su padre a su lado. Benjamin decide perdonar antes de odiar porque en una vida tan efímera odiar no es algo que valga la pena.
La película nos muestra que el inicio y el final de la vida de una persona tienen muchos paralelismos: no tienen plena autonomía, necesitan dormir mucho, se mueven poco… Muchos ancianos, más cuando se vuelven seniles vuelven a comportarse como niños en muchos aspectos, con actitudes muy infantiles.
La película parte del recurso del diario, al modo de Titanic: la historia se cuenta a través de cartas y de notas que dejó Benjamin a lo largo del transcurso de su vida. La película comienza con una anciana Daisy en sus últimos momentos de vida con su hija Caroline en el hospital donde narra la historia de cómo conoció a Benjamin. Es muy creativo el hecho deque mientras Caroline lee estas cartas se da cuenta que Benjamin es su padre. El protagonista es especial y esta peculiaridad constituye su principal virtud y que lo usa para gustar a la gente y le permite superar muchos obstáculos. Benjamin va pasando por las diferentes etapas de la vida: de descubrimiento y de exploración de la existencia que pasamos a todos en un orden acorde al habitual. Hay aventuras amorosas, romances, amigos… muy parecido a Forrest Gump. Si lo analizamos detenidamente, la película guarda muchos puntos de unión con Forrest Gump, quizás porque compartan el mismo guionista Eric Roth aunque parten de fuentes distintas. Forrest Gump se basaba en una novela y esta película, tal como señalamos antes, parte de un relato corto de Scott Fitzgerald. Comparten una misma circunstancia: tanto Benjamin como Forrest Gump están enamorados de una mujer a lo largo de toda una vida. En ambos casos, tanto Daisy como Jenny no están convencidas inicialmente de pasar toda la vida con su prometido, pero tras pasar por momentos de dificultad acabarán juntos. Quizás la principal diferencia es el aspecto fantasioso de nuestra película: como la vida de una persona que se desarrolla en orden inverso al normal.
Las interpretaciones de todos los actores de la película resultan absolutamente maravillosas, especialmente la de Brad Pitt, una de sus mejores interpretaciones de la carrera. A destacar los efectos visuales generados por ordenador que permitió a Brad Pitt interpretar el mismo personaje con independencia de la edad. También destaca la interpretación de Cate Blanchet en las distintas fases de la vida del personaje de Daisy.
La película puede provocar reacciones muy diversas. Pero, independientemente de esto, la película nos pide que disfrutemos de la vida, que nos enamoremos, que perdonemos, que pasemos tiempo con las personas que son realmente importantes, que llenemos nuestra vida del mayor número de experiencias apasionantes. Hay muy poco tiempo para hacerlo efectivo. Podemos hacer de nuestra vida un viaje realmente increíble del que nos sintamos plenos. Podemos tropezar, tener muchas dificultades, pero ¿cómo explicar esa maravillosa sensación que nos envuelve cuando hemos superado un problema que pensábamos que no tenía solución? Porque, como afirma Benjamín Button nunca es demasiado tarde, o en mi caso demasiado temprano para ser quién quieres ser.