El show de Truman es una película que lleva al espectador a una
honda reflexión filosófica sobre qué sea la realidad. Está disfrazada de
comedia amable pero que lleva a cabo una mordaz crítica a la sociedad actual
tanto al consumismo desmesurado e irresponsable así como a la falta de
capacidad crítica y autonomía de las personas. Fue dirigida por Peter Weir,
director de películas como El club de los
poetas muertos de 1989, con Robin Willians, y Master and Commander de 2003, con Russell Crowe, en el año 1998 y
protagonizada por Jim Carrey. El guionista es Andrew Niccol que en 2002
dirigiría la película Simone con Al
Pacino.
Destacamos en primer lugar la gran actuación de su actor principal, Jim
Carrey, haciendo el papel de Truman Burbank, en una de las mejores
interpretaciones de su carrera. Jim Carrey cimentó su fama a partir de comedias
como La máscara, Dos tontos muy tontos, Ace
Ventura o Mentiroso Compulsivo.
Aunque también ha hecho otras película de mayor calado como Man on the moon, Número 13 o ésta que nos ocupa. El resto del reparto está
igualmente excepcional: Ed Harris, interpretando a Christof, el despiadado
director del programa de televisión, Laura Linney, como Meryl, esposa de Truman,
Natascha McElhone como Silvia, el verdadero amor de Truman y Noah Emmerich como
Marlon, el amigo de Truman.
El show de Truman es una ácida comedia con elementos dramáticos que
crítica de forma demoledora la sociedad consumista en que vivimos que
instrumentaliza de manera cruel al ser humano anulando su dignidad. La
industria del espectáculo se retrata como un lugar terrible en el que, con el
propósito de alcanzar las más elevadas audiencias televisivas, cualquier medio
es válido. La película trata la historia de Truman Burbank, un agente de
seguros, que vive una vida aparentemente apacible en un pueblo rodeado por un
mar. A partir de una serie de sucesos, Truman comienza a sospechar de que lo
que consideraba como máximamente real en su vida no lo es sino una farsa: su
esposa, amigos y compañeros de trabajo... Truman luchará lo indecible por saber
quién es y qué está pasando con su vida.
La sociedad a la que critica la película no hay lugar para valores como el
respeto, la dignidad y la empatía. ¿Qué
empatía podría tener una serie de personas que engañan de manera permanente a
una persona con el objetivo de enriquecerse y otros solamente para entretenerse?
Y no me refiero solamente a los guionistas, técnicos, director y el resto de
actores sino todos los espectadores que son testigos de todo pero que incapaces
de hacer nada.
La película nos presenta a Truman atrapado en una realidad impuesta y
ficticia, creada por un director y un conjunto de guionistas y de técnicos de
la televisión sin escrúpulos, siendo su vida no más que un espectáculo al
servicio de las masas. Desde el comienzo de la cinta se informa al espectador
que Truman es el protagonista de un reality-show
seguido por millones de personas. El director del programa, Christof señala que todo lo que expresa Truman a lo
largo de la cinta es auténtico: sus emociones, sus acciones y no fruto de
ningún guión escrito. Al respecto Christof señala: Estamos cansados de que los actores nos muestren emociones falsas,
estamos cansados de los fuegos pirotécnicos y de los efectos especiales.
Mientras que el mundo en que vives es en algunos aspectos falso, no hay
absolutamente nada falso en Truman. No hay guiones. No hay trucos. No se trata
de Shakespeare pero es genuino.
Sin embargo, el resto de personajes de la cinta, ya sean aquéllos con los
que se relaciona Truman de manera directa (su esposa, sus amigos, sus vecinos…)
como los que no tiene trato directo, son simples actores o extras que fingen La
premisa de la que parte la cinta resulta estremecedora ¿Puede ocurrir que toda tu vida sea falsa? Platón describía en el
famoso Mito de la Caverna, del Libro VII de La
República la búsqueda de la verdadera realidad por parte del filósofo. En
el mito, una serie de personas se encuentran encadenadas desde el momento en
que nacieron contemplando las sombras procedentes de unos objetos que sobre una
pared se proyectan a partir de un fuego. Cuando se le pregunta a Christof sobre
la causa de por qué hasta ese momento Truman no se haya cuestionado la
naturaleza del mundo en el que vive, contesta lo siguiente: Aceptamos la realidad del mundo tal y como
nos lo presenta. Así de sencillo Es muy habitual en el mundo en el que
vivimos no cuestionar en absoluto la realidad y aceptarla tal cual es. En todo
caso, solo cuando surgen problemas salimos de nuestro lugar de confort y comenzamos
a cuestionar todo lo anterior. Esta actitud crítica es propia del filósofo
Truman: a partir de una serie de sucesos inexplicables (la desaparición de su
amor, la aparición repentina de su padre tras años de ausencia después de que
todos pensaran que había muerto…) de modo racional dentro de la ficción del
mundo en el que vive, se cuestionará su realidad poniendo en duda su veracidad.
Platón señalaba que cuando el filósofo se libera de sus cadenas, sale al
exterior de la caverna para contemplar la verdad. Ese camino lo llamó Platón Dialéctica. Sin embargo, el filósofo no
puede ser un individuo que pueda vivir en la soledad sino que tiene la
obligación de retornar al interior de la caverna para informar a sus compañeros
sobre cuál es la verdadera realidad. Aquí Platón ponía de manifiesto de manera
clara la intencionalidad política que cruza el conjunto de su filosofía. En la
película, a diferencia del mito de la Caverna, aparentemente sólo Truman vive
en un mundo de sombras, mientras que el resto de personajes, al ser en realidad
actores que saben distinguir entre lo real y lo ficcional, saben que la
verdadera realidad es la que ellos viven más allá del programa de televisión,
con sus familiares y amigos reales. Sin embargo, tal como hemos señalado antes,
Truman dentro de la ficción del mundo de sombras en el que vive es mucho más
real y más auténtico que el resto de personajes pues todo lo que expresa es
auténtico y no simulado. En el mito de Platón todos los prisioneros vivían
engañados, igual que el filósofo. Y era el filósofo el que hacía lo posible
para regresar otra vez a la caverna y ayudar a sus compañeros. Sin embargo, este
retorno del filósofo a la caverna resultaba muy peligroso: el resto de
prisioneros no le iban a tomar en serio sino que lo considerarían un loco,
incluso estarían muy tentados en matarlo, como efectivamente sucedió con
Sócrates. Sin embargo, en la película, todos saben la verdad excepto Truman y
ninguno de ellos se molestan en ayudarlo, salvo Silvia, la mujer de la que Truman
verdaderamente se enamora. Resulta especialmente doloroso el caso de los
personajes que se mueven en el círculo de Truman, ya sea su esposa Meryl, su
amigo Marlon y sus padres que fingen un amor que no sienten realmente y, lo que
es peor, le hacen ver que su comportamiento es propio de un loco y que debería
seguir su vida como hasta entonces. El personaje clave que hace posible el
tránsito de Truman desde las cadenas de la ignorancia a la luz del saber es
precisamente Silvia. Cuando Truman y Silvia se enamoran de modo real, más allá de la ficción de la
serie, supone un elemento novedoso que escapa al argumento previsto por el
director. Esta distinción entre realidad y apariencia ya fue tratada de manera
brillante en otras películas de la época como Dark city, película dirigida por Alex Proyas en el año 1998, y Matrix de Lana y Lilly Wachowski de 1999. En Dark City John Murdoch, protagonizado por Rufus Sewel, es una
persona que se da cuenta que todos los habitantes de la ciudad en la que vive
son sometidas a experimentos secretos por unos seres extraterrestres
llamados los ocultos, con el propósito de evitar su extinción y que carecen
de una identidad individual. Solamente Murdoch, a quien persigue la policía, y
un policía desequilibrado son conocedores de todo lo que acontece realmente. Sin
embargo, nadie les presta atención. En Matrix,
Neo, protagonizado por Keanu Reeves, se plantea que toda nuestro mundo no es
real sino una simulación de realidad virtual.
En El show
de Truman Silvia será expulsada porque su destino era la ser una simple
extra y no ser la novia de Truman, papel destinado a Meryl. Todo elemento
novedoso que resulte perturbador y que sale del redil de lo que cabía esperar
debe ser eliminado sin ningún tipo de miramientos. Y aquí entra en juego otra
vez la distinción entre realidad y apariencia: el amor de Silvia es auténtico
mientras que el de Mery fingido. Silvia pretende advertir a Truman que toda su
vida es una farsa. Es aquí donde todo
cambia: Truman comienza a notar sucesos y comportamientos extraños por parte de
las personas que le rodean. Los personajes que forman parte de la realidad
cotidiana de Truman hacen lo posible para persuadir a Truman para que se quede
como está y que no evolucione. Antes de desaparecer, la familia de Silvia cuenta
a Truman que se mudan a Fiji. Fijo se convertirá en el objeto de deseo de
Truman y hará todo lo posible para ir a ese lugar. Sin embargo, a pesar de que,
de acuerdo con el destino que le había diseñado Christof, Truman acabó casándose
con Meryl nunca olvidó a Silvia. Es más, Truman compra revistas para recortar
de las fotografías de mujeres aquellos rasgos que más le recuerdan a Silvia,
Truman, como buen filósofo, niega aceptar esta situación y lucha por conocer la
verdad cueste lo que cueste.
¿Cómo es la reacción de los
espectadores del show dentro de la ficción del filme?
El show de Truman es una película que también reflexiona sobre lo
fácilmente manipulable que es el ser humano. La audiencia que sigue el programa
de Truman sería telespectadores cuyo papel quedaría reducido a ser un mero
consumidor satisfecho, sin ningún protagonismo en su propia vida y que
proyectan sus vacías existencias en la vida de Truman. ¿Cómo algo tan normal como la vida de otra persona puede suscitar tanto
interés no solo en la ficción de la película sino en nuestra propia vida? Este
consumidor satisfecho vive en búsqueda del entretenimiento, y cuando lo encuentra,
una vez exprimido al máximo, lo desecha como si no hubiera existido antes. Esto
nos convierte en objetos y dejamos de ser sujetos. Nos convertimos en seres
fácilmente manipulables pues no nos cuestionamos nada sino que solamente
asentimos. Por eso hay que tomar conciencia de quiénes somos. Estos
espectadores son el fondo un voyeur
de lo ajeno, que únicamente se interesan por el morbo. ¿A qué dedican buena parte de su tiempo los jóvenes hoy en día? Pues
a jugar con los videojuegos y conectarse a las redes sociales. Las vidas que
muestran muchas personas en sus redes sociales son totalmente ficticios, no
serían sino un tipo de vida ideal donde las personas son felices, con coches
caros, grandes casas… Además, las redes sociales nos invaden constantemente con
falsas informaciones, las llamadas fake
news que por el mero hecho de ser difundidas muchos de nosotros la aceptamos
de modo acrítico, sin ninguna confirmación. La película critica el uso abusivo
de la publicidad de manera encubierta. A través de la publicidad se
orienta la sociedad hacia determinados
patrones que uno haya prefijado de antemano. Nosotros mismos somos testigos de
ello cuando vemos la televisión, escuchamos la radio, leemos la prensa o nos
conectamos a Internet. En la cinta, observamos que en una escena de gran
hondura dramática en la que Truman pregunta a su esposa por qué desea tener un
hijo con él cuando realmente ninguno de los dos se soportan, Meryl propone
hacerle un vaso de leche con cacao de una determinada marca publicitaria, ante
el desconcierto de Truman y del espectador. De manera muy sutil y encubierta se
introduce la publicidad, sin que el espectador se percate apenas.
Silvia se plantea que lo que están haciendo a Truman no es correcto
recriminando a Christof su actitud: ¿Y tú
quién crees que eres para coger un bebé y convertir su vida en una farsa? ¿No
sientes la más mínima culpa? Christof le contesta: Le he dado a Truman la oportunidad de llevar una vida normal. Y
considera que: Puede marcharse cuando
quiera. Si tuviera algo más que una mínima ambición. Si estuviera absolutamente
decidido a descubrir la verdad, no podría impedírselo .La cuestión que
plantea la cinta es: ¿Seríamos felices
con una vida así aún sabiendo que es falsa?
Christof es el gran creador de la vida de Truman y ha determinado cada uno
de los detalles de su vida incluso, lo que resulta más perverso, sus grandes
miedos. Truman desde pequeño soñó con ser explorador e ir más allá de la
ciudad pero por una u otra circunstancia
nunca pudo cumplir su sueño. En un
capítulo de su infancia su padre muere ahogado después de haberle insistido a
su padre que quería ir a navegar. Esto creó en él un sentimiento de culpabilidad
que le impide navegar. Todo ello con el pretexto de que Truman jamás
descubriera la verdad. Eso es algo con lo que vivimos muchos jóvenes: nuestros
familiares, nuestros amigos o la suerte impiden que se puedan cumplir nuestros
sueños y deseos. Hacemos cosas que no nos gusta hacer, solamente por agradar a
los demás, en lugar de pelear por lo que queremos realmente.
En el mundo de Truman todos sus elementos debían estar determinados y toda improvisación
debe ser eliminada. Cuando Truman no cumple con alguna de sus rutinas, por
ejemplo, no ir a trabajar, creaba un elemento de indeterminación que desorienta
al resto de actores. Christof se asemeja mucho a aquellos padres autoritarios
que manipulan a sus hijos para que éstos estudien una determinada carrera, o
aquellas personas que ignoran a su pareja con el propósito de ejercer un poder
y un control sobre él. Obviamente en la vida humana no existe una determinación
absoluta sino que el ser humano siempre posee un cierto margen de libertad
sobre su vida. Tal como señala José Luis López Aranguren, mientras que la vida
de los animales está hecho pues existe una adecuación absoluta entre dicho
animal y el medio, a través del mecanismo del instinto, la gran tragedia del
ser humano, y también su máxima virtud, es que su vida no está hecha, existe
una esencia falta de adecuación entre su vida y el mundo, tiene que hacerla
mediante el ejercicio de su libertad. Sin embargo tampoco es cierto que nuestra
vida sea absolutamente libre sino que, como decía Ortega y Gasset, no elegimos
la circunstancia en la que vivimos sino que nos encontramos arrojados en una
sin previo aviso. La vida, aunque lo queramos con todas nuestras fuerzas, no somos
completamente dueños de ella. Además, siempre existe la posibilidad de que nos
manipulen desde el exterior y no lo sepamos.
Cuando Truman logra vencer todos sus temores ignorando a todos aquéllos que
pretenden disuadirlo, decide tomar las riendas de su vida y aún sabiendo los
riesgos que conlleva quiere cumplir sus metas. Hasta entonces todos los
intentos por salir de la ciudad fueron baldíos. Truman se echa al mar en un
barco que curiosamente se llama Santa María, igual que el de Cristóbal Colón
como emblema de un nuevo mundo. Cuando Truman llega al final del decorado,
después de haber salido con vida de una cruenta tormenta, busca una salida y
encuentra una puerta. En el momento en que decide salir, Christof habla con él
e intenta disuadirle de su idea para que no marche. Es una escena que al modo
de Blade Runner de Ridley Scott tiene
un diálogo el Dios Christoff y su hijo Truman. Christof queda simbolizado a
modo de Sol, muy parecido a la película de Dark
City, donde el Sol estaba totalmente ausente de la cinta, salvo al final. Es
el momento en que Truman deja atrás la oscuridad de la caverna y asciende al
Mundo Verdadero: Escucháme Truman, ahí
fuera no hay más verdad que la que hay en el mundo que he creado para ti, las
mismas mentiras, los mismos engaños, Pero en mi mundo tú no tienes nada que
temer(…). Tienes miedo. Por eso no puedes marcharte. Está bien Truman, yo te
comprendo. Llevo observándote toda tu vida: te observé al nacer, te observé
cuando distes tu primer paso, observé tu primer día de colegio y el capítulo en
el que se te cayó tu primer diente. No puedes irte Truman. Éste es tu sitio,
conmigo.
Se plantea una dicotomía por parte de este Dios Christof: por un lado
podemos escoger lo sencillo y permanecer en un mundo en que podemos ser felices
viviendo en una docta ignorantia, sin
asumir riesgos y llevar una existencia placentera, vacía y sin asumir riesgos; por
el otro elegir realmente nuestro destino, ser el protagonista de nuestra propia
existencia, conseguir lo que siempre quisimos. Curiosamente s el mismo
planteamiento que el mismo director
Peter Weir hizo en El Club de los poetas
muertos. Cuando Truman decide desoír las indicaciones de Christof entonces
se ha producido lo que Nietzsche ya avisaba en su Gaya Ciencia y que repitió en Así
habló Zaratustra: Dios ha muerto.
¡Qué fácil es no asumir responsabilidades
y que otro tome las decisiones por nosotros! ¡Atrévete a saber! proclamaba Kant en ese opúsculo llamado ¿Qué es Ilustración? Sartre señalaba que
La libertad consiste en elegir el propio
ser, pues Dios no existe. Y añade Sartre No es sólo que Dios no exista sino que aunque existiera nada cambiaría.
La película que nos ocupa es altamente recomendable para todos los
aficionados al buen cine y amantes de la filosofía. La película no sólo cumple
con el mero fin de entretener, que lo hace sobradamente, sino que lleva al
espectador a un nivel superior y a plantearse profundas cuestiones sobre quién
es y sobre qué es la realidad.