La crítica posee comentarios que revelan aspectos centrales del argumente
de la película objeto de crítica. Estamos ante la última película dirigida por
Martin Scorsese y protagonizado por un reparto de campanillas con Robert De
Niro, Al Pacino, Joe Pescie, Harvey Keitel, Ray Romano, Ana Paquin y Stephen
Graham. El guión está escrito por Steven Zaillian que adapta el libro I heard you paint houses, de Charles
Brandt, ex fiscal, cuyo título al castellano fue Jimmy Hoffa. Caso Cerrado, en el que desvela supuestamente el
misterio en torno a la desaparición de
Jimmy Hoffa en 1975. El título original del libro se refiere en código mafioso a alguien
dispuesto a matar por encargo, es decir, un sicario o un mercenario que al
matar a su víctima manchaba la pared de sangre. En la película se muestra esta
expresión en el primer encuentro vía telefónica entre Fran Sheeran el irlandés y Hoffa.
En 1982, siete años después de la desaparición de Jimmy Hoffa, el FBI lo
declara muerto. Finalmente en 2002 el FBI cierra de manera definitiva el caso.
La teoría aceptada muestra que Jimmy Hoffa fue asesinado por la mafia ante el
temor de revelar altos secretos ante la justicia y comprometerlos. El libro en
que se basa la película recoge el testimonio de Frank Sheeran el irlandés que, en los últimos días de
su vida, se atribuyó ser el autor material de la muerte de Hoffa, además de
otros asesinatos como el de mafioso Joe Gallo. En cualquier caso, muchos
investigadores cuestionan su versión y el FBI nunca lo catalogó como verdadero
responsable. Martin Scorsese declaró al respecto que a la hora de filmar la
película no le interesó tanto mostrar la verdad del hecho sino describir ese
mundo de personajes, cómo se comportan y se relacionan entre sí.
La figura del sindicalista Jimmy Hoffa fue llevado al cine en 1992 con Hoffa: un pulso al poder del año 1992,
dirigida por Danny de Vito y protagonizada por Jack Nicholson, con guión de
David Mamet. Sylvester Stallone escribió con Joe Eszterhas y protagonizó en
1978 la película Símbolo de fuerza,
dirigida por Norman Jewison sobre un líder sindicalista inspirado en la figura
de Jimmy Hoffa.
Respecto a la película que nos ocupa, ninguna de las productoras
tradicionales quiso financiar la cinta que nos ocupa. Inicialmente fue
Paromount Pictures la compañía encargada de producirla, sin embargo, debido al
incremento desmesurado del presupuesto en más de cien millones, dinero dedicado
sobre todo al rejuvenecimiento de los actores, se desentendió del proyecto. Finalmente
Netflix logró adquirir los derechos y aportó el dinero para que la película
pudiera visionarse en sus plataformas previo paso por unos pocos cines. El
presupuesto final de la cinta es de aproximadamente 150 millones de dólares, es
decir, un presupuesto típico de grandes producciones como Stars War o las películas de superhéroes como Los vengadores. Se trata, por tanto, de la primera película de
Martin Scorsese para Netflix a pesar de su oposición a ver cine en la pantalla
pequeña. De todas formas, es inaudito que un trabajo de Scorsese como El Irlandés no pueda ser disfrutado por
todos en pantalla grande que es como debería ser. Su lanzamiento limitado en
pocos cines es con la intención de poder competir en la carrera de los Oscars
del próximo año. Igual ocurrió este año con la película Roma de Alfonso Cuarón. Hay quienes afirman que la película de El irlandés puede ser visionada en
partes, al modo de una serie de televisión, pero Scorsese, con buen criterio,
en algunas entrevistas considera que su película ha sido hecha para ser
disfrutada en su totalidad en un solo visionado.
La película retrata la vida de Frank Sheeran el irlandés, papel que interpreta Robert de Niro, un asesino a
sueldo del clan dirigido por Russell Bufalino. Frank Sheeran acabó convirtiéndose
en guardaespaldas y finalmente amigo de Jimmy Hoffa. Fue un veterano de la Segunda Guerra Mundial
enviado a Italia, lugar donde adquirió habilidades necesarias para matar. Al
volver de Europa, una vez acabado su periplo en la guerra, trabajó como camionero
transportando carnes. A partir de un encuentro casual con el líder mafioso
Russell Bufalino, papel que interpreta Joe Pesci, comenzará su carrera como
asesino para la mafia. Es digno de señalar que,entre las grandes
interpretaciones de la cinta, a Joe Pesci: desarrolla una interpretación
serena, pausada y reflexiva que nos recuerda al Vito Corleone de Marlon Brando
de la película El Padrino de año 1972
y al Vito Corleone de Robert de Niro de la película El Padrino II de 1974. A su vez contrasta con la acelerada e
impulsiva interpretación en otras películas de Martin Scorsese como Uno de los nuestros, donde obtuvo el
oscar al mejor actor secundario y en Casino.
Con el paso del tiempo trabaría amistad con Jimmy Hoffa, papel que
interpreta Al Pacino, y sobre el que recae gran parte del interés de la trama.
Fue un líder sindicalista de los camioneros en EEUU durante la década de los
cincuenta y sesenta. En la cinta se afirma que fue tan famoso como Elvis
Presley en la década de los cincuenta y como The Beatles en los sesenta. Tal fue su carisma que pudo ganarse el favor
de los trabajadores, contando con más de un millón de afiliados. Sin embargo,
en ocasiones empleó en ocasiones medidas violentas como extorsiones. Tuvo muy
mala relación con la familia Kennedy. De hecho, Bobby Kennedy, hermano de John
Kennedy, inició su carrera pública con el propósito de encarcelar a Jimmy
Hoffa, combatiendo la corrupción y a los mafiosos de los partidos
sindicalistas. En la cinta se afirma que el partido de Kennedy fue financiado
en las elecciones con dinero procedente del sindicato de Hoffa. Sin embargo,
contrariamente a lo que podríamos pensar, posteriormente la familia Kennedy
combatió a los mismos que les ayudó a alcanzar el poder. En el año 1967 fue
condenado pero fue indultado en 1971 por el presidente Richard Nixon con la
condición de no volver a controlar el sindicato. Sin embargo, tal como se ve en
la película Jimmy Hoffa quiso volver a ser el líder del sindicato. Sin embargo,
ya no contó ni con el apoya de sus antiguos compañeros ni de los líderes de la
mafia. Finalmente, en el año 1975 Jimmy Hoffa desapareció y nunca más se volvió
a saber de él con certeza, a no ser por simples conjeturas.
Peggy, papel que interpreta Anna Paquin, es la hija de Frank Sheeran y es
un personaje absolutamente clave, de modo especial para comprender el sentido
de la película y las motivaciones de sus protagonistas. Este papel ha sido
criticado curiosamente por el poco diálogo que tiene y no han sabido ver que lo
grandioso de su actuación es la mirada desaprobatoria y severa sobre su padre.
La película destila talento cinematográfico en cada uno de sus fotogramas,
además de un gran aroma a cine clásico, un tipo de cine que hoy en día no se
hace. Desde el inicio el buen aficionado identifica los rasgos característicos
del cine de Scorsese, la voz en off
del protagonista, una gran banda sonora con canciones de los años sesenta y
setenta, las largas secuencias en las que la cámara sigue a sus personajes o
recorre un amplio espacio, el uso de la violencia, el crudo pero romántico retrato
a los mafiosos y su dudosa moralidad. Contrariamente a lo que podíamos
imaginar, este retrato crepuscular de la mafia tiene más puntos de convergencia
con la película Érase una vez en América,
de Sergio Leone y protagonizada precisamente por Robert De Niro que con las
clásicas de Martin Scorsese de Malas
Calles, Uno de los nuestros, Casino o Inflitrados. Si bien es cierto que El irlandés atesora mucha violencia, tales como las películas antes
señaladas tiene un tono crepuscular y nostálgico que la hace distinta y nos
lleva a un terreno que recuerda a la cinta de Sergio Leone. Hay violencia y
muertes pero sobre todo miradas y silencios. Incluso también podemos encontrar
analogías con Una historia del Bronx,
de 1995 y El Buen Pastor de 2006,
ambas dirigidas por Robert De Niro. Si estamos atentos la película presenta
numerosas reminiscencias de la película El
Padrino de Francis Ford Coppola. El asesinato de Joe Gallo a manos de El irlandés, en una cena en un
restaurante cuando celebraba su cuarenta y tres cumpleaños nos recuerda a esa
escena de El Padrino en el que
Michael Corleone asesina a sangre fría a un líder mafioso y a un policía
corrupto. Hay otra cena en la que Frank Sheeran y Russell Bufalino cenaban y
suena una melodía muy parecida a la de El
Padrino. Además, la cinta incluye en sus películas elementos religiosos, en
concreto asistimos a un par de escenas donde los mafiosos mojan el pan en el
vino en una especie de comunión.
El guión está firmado por Steven Zaillian con gran mérito pues se trata de un libro no
fácil de adaptar debido a sus flashbacks
temporales, los numerosos personajes y situaciones, Se trata de una amalgama de
historias entrelazadas y de personajes que si el espectador debe estar atento a cada momento para no perder el hilos argumental.
Pero, independientemente de la veracidad o no de la historia que cuenta, es un
testimonio y reflejo de una época que abarca desde la década de los cuarenta
hasta los primeros años del 2000, con la muerte de Frank Sheeran el irlandés. La película muestra el
vínculo de Hoffa con la mafia, su animadversión con la familia Kennedy, tanto
con el presidente John Kennedy como con el fiscal Bobby Kennedy, la simpatía de
Hoffa por Richard Nixon. Muchos acontecimientos de la cinta son harto discutibles
por los estudiosos e historiadores, por ejemplo, una escena muestra a Frank
Sheeran el irlandés transportando
armas en su camión para cubanos entrenados por la CIA con el fin acabar con
Fidel Castro.
Efectivamente, la cinta posee una duración de tres horas y veintinueve
minutos que lo convierte en la de mayor duración de la filmografía de Scorsese.
Algún productor atento debería haber vigilado el trabajo del director para que
centrase la atención de la trama en algún aspecto concreto y no tratar un
abanico tan amplio de temas. Éste es el principal defecto de la cinta y en el
que caía también Tarantino en la película de Érase una vez en Hollywood alcanzando un final que ya habíamos
visto en Los odiosos ocho.
La película gravita sobre varios temas por los que no acaba tomando partido
por ninguno de ellos en ningún momento. En este sentido la película se hace dispersa
narrativamente, abriendo vías narrativas que no conducen a ningún sitio. En
principio, podría definirse la película como una historia clásica de la mafia
con todos sus elementos de violencia y de venganza. Pero va más allá y trata
sobre la amistad y la traición. Pero también sobre el perdón, la familia y a
modo de apunte la infidelidad. El espectador despistado no sabrá hacia dónde
quiere llevarnos Martin Scorsese que no será sino la historia de Frank Sheeran el irlandés y su relación con Jimmy Hoffa. Sin embargo, tal
como hemos señalado antes, tal es el número de temas tratados que acaba por
desviar la atención de esa historia principal como la muerte de Kennedy o el
deseo de Hoffa por recuperar el poder, que finalmente acaban resultando irrelevantes en la historia que nos cuenta. Por
tanto, para el espectado exigente faltó profundizar más la relación entre Frank
Sheeran y Jimmy Hoffa pues se supone que debería ser el centro emocional de la
película. Y se trata de una cuestión ética profunda: Frank Sheeran el irlandés tiene que matar a su amigo
Jimmy Hoffa por orden de sus superiores mafiosos, acción que iba en contra de
los dictados de su conciencia. De esta acción acaba derivándose una serie de
consecuencias que afecta al entorno más próximo del protagonista. FranK Sheeran
racionaliza su trabajo comparándolo con la guerra: simplemente hizo el trabajo que
le pidieron. Es tal su frialdad que, cuando se confiesa ante el cura al final
de la cinta no presenta síntoma alguno de arrepentimiento aludiendo a que no
conocía a las familias de las víctimas. Sin embargo, Frank Sheeran si que acaba
arrepintiéndose de la llamada que realizó después del asesinato a la mujer de
Jimmy Hoffa preguntándose: ¿Qué clase de
persona hace una llamada así? El
momento clave sin duda es el asesinato de Jimmy Hoffa y el espectador no siente
esa angustia ni conmoción debido a que no se le ha dado fuerza suficiente a esa
relación.
Tampoco aparece desarrollado la relación entre Jimmy Hoffa y Peggy. Martin
Scorsese lo resuelva a través de un montaje rápido de imágenes con una voz en off. El espectador pide dos o más
escenas en los que se explicara mejor esa relación que nace entre los dos. No
es asunto baladí porque la fuerza dramática y emocional de la película depende
de esta misma relación. Si lo comparamos con Uno de los nuestros descubrimos también una multitud de personajes,
pero sí que había una línea narrativa más definida en torno a la frase que
interpreta el personaje de Ray Liotta justo al comienzo con la frase Desde que tuve uso de razón siempre quise
ser un gangster. Esto hace que el espectador se interese a lo largo de esa
película por el personaje interpretado por
Ray Liotta y por los mil avatares que sufre, aún habiendo diversos personajes y
situaciones sin perder el foco narrativo. En la película de El Irlandés la narración se dispersa: al
principio parece que la película se centraría en la relación entre Frank Sheeran
y Russell Buffalino. Justo a mitad de la película aparece Jimmy Hoffa y la
película se centra en la relación entre Frank Sheeran y el mismo Hoffa. Incluso,
en esta parte Al Pacino es más protagonista de la película que Robert De Niro.
También habría sido positivo para la narración de la película un mayor
detenimiento en torno a los flashback
en la guerra de Frank Sheeran pues es en este ámbito donde nuestro protagonista
aprende las habilidades necesarias que lo convertirán en un asesino. Hay
simples apuntes pero sin el mínimo desarrollo.
Otro aspecto que echo de menos en la cinta de manera particular es la
ausencia del gran Ricardo Solans,
excelente doblador que a lo largo de su vida ha prestado su voz a grandes mitos
como Robert de Niro o Al Pacino, y que hubiera sido un gran detalle por parte
de los creadores de la cinta el incluirlo en el reparto. Este aspecto no sólo
habría aumentado la calidad de la película, si es que se puede sino un gran
guiño para los admiradores de estos dos grandes actores. Independientemente de
ello, los dobladores de la película cumplen perfectamente en su cometido.
Destacamos la reflexión final de la película. En otras películas sobre la
mafia como Malas Calles, Uno de los nuestros o Casino Scorsese reflexionaba sobre el
mundo del gangster y de su violencia circundante. En ésta reflexiona sobre el
destino final de estos mafiosos. Justamente es lo mismo que hacía Francis Ford
Coppola con El Padrino III de 1990:
Michael Corleone tiene una relación complicada con su mujer y sus hijos, siendo
su castigo, al igual que Frank Sheeran, no la muerte violenta sino contemplar
cómo mueren a todos aquéllos a los que ama. Es elocuente una escena de la
película que nos ocupa en que Frank Sheeran y Russell Bufalino dialogan
mientras que Peggy juega a los bolos. Russell comenta a Frank Sheeran que
percibe cierta incomodidad de su hija respecto a ellos, como si le tuviera
miedo. Esta actitud contrasta con la que Peggy mantiene con Jimmy Hoffa al que
le acoge cariño y respeto. Será la desaparición de Jimmy Hoffa la que
constituye el desencadenante de la ruptura definitiva entre Peggy y su padre
Frank Sheeran. Al final de la cinta se ve como Frank Sheeran intenta hablar con
Peggy cuando ésta se encontraba trabajando y cómo ésta al darse cuenta se marcha. A continuación
Frank Sheeran habla con su otra hija y ésta le comenta que a veces no le
contaba las cosas porque sabían que iba a reaccionar con violencia
Un aspecto a destacar de la película, y que trasciende el valor cinematográfico
de la cinta, serían los efectos especiales de rejuvenecimiento de los actores.
Esta nueva tecnología abre nuevas posibilidades en el mundo del cine, no sólo
para rejuvenecer a los personajes con en el caso de esta película, u otros
casos como Robert Downey Jr. en Los
vengadores, Kurt Russell en los Guardianes
de la galaxia 2 o Patrick Stewart dentro de la saga de X Men, sino directamente resucitarlo. De este modo, actores que
murieron pueden seguir trabajando haciendo nuevas películas siempre y cuando
cuente con el consentimiento previo de sus familiares. Todo buen aficionado al
cine, y en particular del cine de Scorsese, supone un placer cinéfilo ver otra
vez a estos grandes actores rejuvenecidos. Parece que el cine ya tiene su arma
para combatir el paso del tiempo. El rejuvenecimiento de los actores está
realizado de modo sobresaliente y, es cierto, que al espectador puede
resultarle llamativo cuando lo ve por primera vez. Sin embargo, tan grande es
la historia que cuenta la cinta que se acostumbra rápidamente. Ha habido
comentarios que critican este efecto especial respecto a los movimientos de
Robert de Niro de joven afirmando que son más propios de una persona de setenta
y seis años.
El irlandés es, a pesar de los aspectos que hemos señalado, una
cinta altamente recomendable para todo aficionado al cine. Se recupera el sabor
del mejor cine clásico y unos actores realmente maravillosos y que requiere de
nuevas revisiones. Aunque no alcance la maestría de otros trabajos del director
como Taxi Driver, Toro Salvaje o Uno de los nuestros, seguro que el paso del tiempo lo convertirá en
un clásico de la historia del cine.