jueves, 18 de junio de 2020

Psicosis (1960), de Alfred Hitchcock.


El presente comentario posee spoilers que revelan aspectos fundamentales del argumento de la película de Psicosis. Por tanto, en el caso de que usted no haya visto todavía el citado filme, abandone la lectura de estas líneas y no vuelva hasta que haya visto la película. Psicosis es una película dirigida por Alfred Hitchcock en 1960 y protagonizada por Anthony Perkins, en el papel de Nornan, Janet Leight, intepretando a Marion Crane, Vera Miles, interpreta a Lila Crane, hermana de Marion Crane y John Gavin en el papel de Sam Loomis. El guión está escrito por Joseph Stefano basándose, a su vez, en la novela del mismo título de Robert Bloch que fue publicada un año antes y que se inspiraba en la historia real del asesino en serie Ed Gein. A la izquierda podemos ver uno de los muchos carteles del clásico inmortal de Psicosis de Alfred Hitchcock. Podemos observar como el cartel concede mayor protagonismo a Janet Leigh, en la parte superior inquierda tenemos a Antony Perkins, en la parte superior derecha a Vera Miles y en la parte izquierda inferior a John Gavin.
Psicosis inicialmente estaba concebida para estrenarse en televisión, sin embargo, debido a la dimensión que fue adquiriendo acabó por convertirse en una película para ser estrenada en los cines. Sin embargo, a pesar del tremendo éxito taquillero que tuvo la cinta en el momento de su estreno, en general la recepción que tuvo por parte de la crítica especializada fue tibia, no sabiendo apreciar sus muchas virtudes. Es algo muy común en películas que se adelantan a su momento y que marcan un antes y un después en la historia del cine. Esto nos lleva a reflexionar acerca del cometido de la supuesta crítica especializada que puede valorar de forma muy negativa una película que en realidad sea una obra maestra. Al fin y al cabo son opiniones que no deberían tener más repercusión. Sin embargo estas opiniones de la critica especializada condiciona de manera inevitable a la audiencia provocando que no asista a una película determinada y provocando por tanto un previsible fracaso en taquilla. Frecuentemente grandes películas que contaron con negativas críticas en su momento de estreno fracasaron en taquilla, pero que el tiempo supo poner en su lugar. Esto sucedió por ejemplo con el estreno de Blade Runner en 1982 de Ridley Scott, una obra visionaria en el género de la ciencia ficción, pero esencialmente incomprendida tanto por la crítica como por el público y que, sin embargo, el paso del tiempo la colocó en el Olimpo de cine. En Psicosis Alfred Hitchcock reformula, inspirándose en la novela de Robert Bloch y en el guión de Joseph Stefano, las reglas del cine de terror: hasta entonces era habitual que en este género cinematográfico se tratara sobre seres sobrenaturales, fantásticos, monstruos o fantasmas. Sin embargo, al igual que sucedía con la novela, el terror, y esto el lo auténticamente innovador,  procede  de la cotidianidad más absoluta, de aquella persona que pensamos más ingenua y bondadosa y que podría ser un asesino en serie y esto genera en el espectador un profundo desasosiego.
La película desde el comienzo, acompañado por la inquietante melodía que impregna la mayoría de fotogramas nos lleva a una atmósfera malsana va y agobiante, convenciéndonos de que nada bueno puede pasar aquí. De hecho, la famosa música de Herrmann, que se ha convertido en un icono y una referencia para este tipo de cintas, se encuentra en perfecta sincronía con lo que el espectador ve en la pantalla. Es el tipo de música que el espectador lo relacionada directamente a un tipo determinado de personaje o película: sucedía con Tiburón, Superman o Rocky.  Volviendo a la película, Marion Crane es una mujer que, haciendo sordos a las indicaciones de su jefe de llevar una importante cantidad de dinero al banco, decide robar dicho dinero para poner fin a su precaria situación económica, emprendiendo una huida. Al igual que otros grandes genios del séptimo arte, Alfred Hitchcock es un mentiroso cinematográfico. Además, lo hace de manera maravillosa. En principio, lo más intuitivo sería pensar que el papel de Janet Leigh será la protagonista de la cinta. Si atendemos al cartel de la película y a la primera parte de la película todo gira en torno a ella. Sin embargo, y esto constituye un auténtico shock para el espectador pues no era nada previsible, en la primera parte de la cinta morirá asesinada en la famosa escena de la ducha. ¿Quién hasta esa época se había atrevido que en la primera parte de un filme muriera a la que aparentemente era la protagonista absoluta? Wes Craven, en un claro homenaje a Psicosis, hace precisamente lo mismo con su película Scream, vigila quién llama, de 1996, con el personaje de Drew Barrymore. Observamos, por tanto, como Alfred Hitchcock de una manera plenamente consciente juega con el espectador desde el principio y lo engaña sin ningún escrúpulo.
La película se inicia con un ritmo pausado y relajado, en la que nos muestra a Marion Crane y a su novio Sam Loomis teniendo un encuentro amoroso en un hotel. Por cierto, estoy seguro que estas escenas iniciales de Marion Crane con su novio Sam resultaron muy subidas de tono para la época en la que se estrenó. Se ve a Marion en sujetador y besándose con su novio apasionadamente. Es cierto que Hitchcock siempre se caracterizó en su cine por introducir este tipo de contenido pero no de un modo tan desmesurado como efectivamente sucede aquí. Tras este encuentro romántico la película se zambulle en un ritmo vertiginoso que no da ninguna tregua al espectador. Desde el momento en que Marion Crane decide robar el dinero la película se convierte en una cinta de cine negro. En principio el director consigue que el espectador empatice con Marion Crane porque, a pesar de haber cometido un robo, comprende que se encontraba en una situación económica muy apurada. Incluso, el espectador sufre ante la posibilidad de que Marion Crane pudiera ser descubierta, ya sea al ser sorprendida por su propio jefe en el paso de cebra o cuando es perseguida por la policía. Sin embargo, al llegar al Motel Bates y morirá sorprendentemente justamente cuando se estaba tomando una ducha. La película adquiere en este momento el carácter de cine de terror psicológico. Pero no sólo eso, Alfred Hitchcock consigue que el espectador empatice con Norman Bates porque se nos presenta como un pobre muchacho que vive en la soledad más absoluta dominada por su madre asesina.
Norman Bates (Anthony Perkins) y Marion Crane (Janet Leigh).
El detective Arbogast, interpretado por Martin Balsam, es contratado por el jefe de Marion Crane para averiguar el paradero de Marion Crane y recuperar el dinero. Sin embargo, cuando estaba husmeando en la mansión Bates será asesinado por una persona mayor, cayendo de manera irremisible por las escaleras para posteriormente ser rematado. Serán Lila Crane, hermana de la asesinada, y Sam quienes seguirán investigando por cuenta propia y al entrevistarse con el sheriff del pueblo se enterarán que la madre de Norman había muerto años atrás. Hitchcock desconcierta de nuevo al espectador en la siguiente escena en la que muestra a Norman trasladando a su madre al sótano y mostrando el enfado de ella, mientras que la cámara se eleva para obtener un plano aéreo. Lila y Sam irán al hotel haciéndose pasar por una pareja con el propósito de desentrañar el asunto.
¿Cómo puede surgir una gran película? Podríamos pensar que es cuestión de una planificación exhaustiva de todos los aspectos técnicos, de modo que a partir de un gran guionista, un gran director y de grandes actores nacería una gran película. Sin embargo, todos estos elementos unidos no garantizan una gran película sino que es necesario que se combinen adecuadamente. Puedes contar con un gran guión y un gran director pero que éste no comprenda adecuadamente dicho guión. Puede ocurrir un actor con una capacidad interpretativa probada no sea, sin embargo el más idóneo para un papel determinado, incluso en el caso de que lo fueran no estuvieran en su mejor momento para hacerlo. Si nos fijamos en otras grandes producciones, probablemente todos estemos de acuerdo en afirmar que Apocalypse Now de Francis Ford Coppola es una de las grandes películas del cine moderno creando un caldo de cultivo muy transitado por el cine posterior. Sin embargo si investigamos en lo que Hans Reinchebach denominó como contexto de descubrimiento observaremos que la película parecía destinada al fracaso más absoluto debido a lo caótico que fue el rodaje unido a la multitud de contratiempos que tuvo que superar Francis Ford Coppola: el actor principal que era Martin Sheen sufrió un ataque al corazón que paralizó el rodaje durante semanas, unas tormentas destrozaron parte de los decorados de la película, muchos de los actores estaban drogados con LSD, el actor Marlon Brando se presentó al rodaje con muchos kilos de más y sin saberse las líneas de sus diálogos… Sin embargo, cuando Coppola finalizó el rodaje y montó la película salió una obra realmente maravillosa que parecía cobrar vida propia y que reflexionaba sobre la naturaleza humana y la sinrazón de la guerra. Por tanto, en el correcto funcionamiento de una película es necesario que confluyan muchos elementos, además de aspectos como el guión, la dirección de actores, la fotografía, la música o el escenario y que todos ellos concuerden armónicamente. ¡Cuantas veces ha ocurrido que una película parecía poseer a priori todos los ingredientes necesarios para ser calificada como buena pero falla en un aspecto concreto y esto lo convierte en fallida! Seguro que el lector conoce la trilogía de Regreso al futuro, un clásico del cine de ciencia ficción ochentero, dirigida por Robert Zemeckis y producida por Steven Spielberg. Seguro que nadie podría concebir esta serie de películas sin Michael J. Fox en el papel de Marty Mc Fly. Sin embargo, el actor inicialmente elegido era Eric Stolz y no Michael J. Fox, incluso se rodó muchas escenas. Sin embargo, el director al darse cuenta que la película fallaba en un aspecto básico como la interpretación del actor protagonista que no era acorde con lo que la cinta requería, supo rectificar, despidiendo al pobre Stolz y contratando a Michael J. Fox siendo éste el que alcanzó una bien merecida fama. En Psicosis de Alfred Hitchcock todo funciona a la perfección, el ritmo, el suspense, las interpretaciones, la dirección, el guión… parece como si todos los astros se alinearan para engendrar esta obra maestra del cine. ¿Qué hizo de este filme una obra inmortal del cine? Muy diversas circunstancias: la novela de Robert Bloch inspirándose en el asesino en serie Ed Gein, el excelente guión de Joseph Stefano,  la perfecta comprensión de Hitchcock de la novela unida a su enorme maestría de convertir el guión de Joseph Stefano al lenguaje cinematográfico, una música cautivadora, todo ello unido por las grandes interpretaciones de los actores. Si analizamos la controvertida figura de Alfred Hitchcock y analizamos sus obsesiones, observaremos que tiene puntos en común que permiten reconstruir el contexto de descubrimiento de Psicosis. Al igual que Norman, Alfred Hitchcock perdió a su padre durante su juventud, por tanto ya no tuvo una referencia paterna a partir de ese momento. Desde siempre su madre se convirtió en una mujer estricta y controladora de la vida de Hitchcock. Unos de los temas que aparecen en la película es el de los pájaros a propósito de la afición de Norman hacia la taxidermia, es decir, la disecación de pájaros. Hitchcock sufría de fobia hacia los pájaros, elemento presente en el filme, casi anticipando la temática de la que sería su siguiente obra: Los pájaros, de 1963. En la secuencia en la que Norman y Marion Crane cenan juntos en el despacho del Motel, Norman le manifiesta que su afición es la taxidermia con la que llena su tiempo libre remarcando de esta manera su extrema soledad. ¿Qué decir de Anthony Perkins? Seguramente que ningún otro actor podría haberlo hecho mejor que él y que seguramente nació para hacer este papel. Se trata de un grandísimo actor dotado de muchos recursos interpretativos no comunes en el mundo actoral, capaz de mezclar ternura con inquietud a través de una mirada que se convirtió en icónica en el mundo del cine. Los críticos afirman que este papel de psicópata encasilló de manera irremediable la posterior carrera de Perkins. Esta afirmación es verdadera hasta cierto punto. Curiosamente Anthony Perkins en sus primeros papeles, antes de la realización de la película Psicosis era considerado como el nuevo James Dean a través de películas como Cazador de forajidos dirigida por Anthony Mann, en el año 1957. Que hiciera un gran papel en Psicosis como psicópata no significa que su capacidad actoral se limitara solamente a este tipo de papeles. Siendo consciente de que a partir de Psicosis corría el riesgo de encasillarse en un tipo determinado de papeles y, en consecuencia, estancarse en su carrera cinematográfica decidió trabajar en películas europeas dirigidas por grandes realizadores con el propósito de seguir creciendo como actor. Éste es un aspecto que los críticos no han sabido, o querido, ver de su carrera y que manifiestan de modo claro que Anthony Perkins más allá del interés económico, inevitable por otra parte, sí que tenía grandes inquietudes a nivel cinematográfico. Trabajó con Sophia Loren en la película Un abismo entre los dos, de 1962, con Orson Welles en El proceso de 1962, con Brigitte Bardot en Un adorable idiota de 1964 o la famosa ¿Arde Paris? dirigida  por René Climent en el año 1966, o Asesinato en el Orient Express de Sydney Lumet de 1974. A pesar de este esfuerzo consciente realizado por Anthony Perkins muchos únicamente le ofrecían papeles de carácter sórdido retomando la saga de Psicosis en los años 80, interpretar un predicador en La pasión de China Blue dirigida por Ken Russell en 1984 o Peligrosa de noche de Tobe Hooper en 1990. Pero sin lugar a dudas el papel de Norman Bates será el más recordado en su larga carrera cinematográfica. Psicosis está repleto de momentos realmente memorables que han perdurado más allá del tiempo en la memoria colectiva del aficionado al cine. ¡Qué decir la escena del asesinato de Marion Crane por la madre de Norman!¡Y el monólogo final en soledad de Norman señalando que sería incapaz de matar a una mosca!
La película tiene una lectura psicoanalítica bastante evidente. En las diferentes etapas en la formación de la personalidad humana Freud concedía especial importancia a la que llamaba el complejo de Edipo, en referencia a la tragedia de Sófocles Edipo rey en el que Edipo, rey de Tebas, acabó matando a su padre y casándose con su madre. Freud considera que el niño se vincula afectivamente con la madre, sin embargo, esta unión entre madre e hijo se pone en peligro con el padre. El niño concibe a su padre como una amenaza al que hay que hacer frente. Norman desde la infancia carece de figura paterna pues éste murió. Es curioso que en Psicosis IV el comienzo de Mick Garris se revela como causa de su muerte un violento ataque de abejas. Sin embargo, en Motel Bates de Richard Rothstein, que fue el capítulo piloto de una pretendida serie de televisión sobre el famoso Motel de Norman que finalmente quedó cancelada, se plantea que el padre de Norman muere a manos de la propia madre de Norman debido a un ataque de celos de ésta. Esto afectó a Norman pues al no tener padre el vínculo con su madre se hizo más fuerte. Norman es objeto de maltrato por parte de su madre, tal como puede verse Psicosis IV, proporcionándole una educación basada en el odio hacia el sexo. La relación entre madre e hijo es contradictoria. El propio Norman siente odio y rabia hacia su madre debido a su carácter manipulador y controlador, pero también siente una dependencia obsesiva hacia ella. Una vez muerto su marido, la madre de Norman siente un miedo atroz ante la posibilidad de que su hijo se enamore de alguna mujer y que la deje sola. Por su parte Norman, al saber que su madre se ha enamorado de un hombre y que decide instalarlo en el propio Motel Bates, Norman afectado por un fuerte ataque de celos ante la posibilidad de perder a su madre, decide eliminar tanto a su madre como a su novio. Todo este capítulo acabó derivando en la enfermedad de Norman Bates de trastorno de personalidad múltiple. La psique de Norman se fragmentó en dos personalidades: la de la madre y la del hijo. Al no aceptar la muerte de su madre, carcomido por la culpa, Norman roba su cadáver y haciendo uso de sus conocimientos de taxidermia decide disecar el cuerpo y mantenerlo en casa. Una vez disecado, Norman cuida el cuerpo de su madre como si estuviera viva llevándola a la mecedora para que observe desde la ventana, acostándola por la noche y llevándola en el sótano cuando siente algún temor ante la posibilidad de ser descubierta. Fue el sentimiento de culpa unido a la no aceptación de la muerte de su madre las que llevaron a Norman en transformarse en su madre. Con el paso del tiempo, la personalidad de la madre logró imponerse a la personalidad del hijo: la personalidad del hijo se encuentra desbordada e impotente para hacer frente a la personalidad de la madre. En la escena de la cena entre Norman y Marion Crane, podemos observar esta ambivalencia en Norman: Norman se queja del trato que le dispensa su madre pero afirma que no la odia sino que lo que odia realmente es su enfermedad. Incluso muestra un gran enfado cuando Marion le sugiere la posibilidad de ingresar a su madre en un manicomio señalando que es menos peligrosa que cualquier pájaro disecado. Norman se siente atraído por Marion, lo cual supone una amenaza para la figura materna, y en consecuencia la asesina en la famosa escena de la ducha. Norman, incapaz de hacer frente a la autoridad materna se limita a limpiar el lugar del crimen y eliminar todas las prueba de las víctimas de la madre.
Sigmund Freud (1856-1939), fundador del Psicoanálisis.
La película está llena de simbolismos. Volviendo a Freud y a su concepción tripartita de la mente humana en yo, superyó y ello, estos tres niveles parecen identificarse con la propia mansión de Norman. La primera planta donde se encuentra el dormitorio de su madre podría identificarse con el superyó pues representaría las normas de la autoridad materna. La planta baja se identificaría con el yo, con el principio de realidad pues Norman hace su vida en aparente normalidad. Finalmente el sótano representaría el ello, el lugar de los instintos, los deseos y las pulsiones, donde esconde el cuerpo de su madre cuando teme ser descubierto. Será en el sótano donde veamos de modo claro a Norman disfrazado de su madre en una escena muy reveladora y sorprendente,
Psicosis, en definitiva marcó un antes y un después en el cine de suspense y terror fundando el género conocido habitualmente como thriller psicológico de suspense, abriendo la puerta a explorar nuevos temas relacionados con los entresijos de la mente humana. ¿Cuál es el legado de Psicosis en la historia del cine? Su legado está muy presente en el cine posterior del género de terror, más allá de las continuaciones que se llevaron a cabo de la original de Psicosis. El excelente Brian de Palma desarrolla una filmografía en la que la influencia de Hitchcock es bastante evidente por los temas que trata y en su  manejo de cámara. De hecho, en la película Vestida para matar protagonizada por Michael Caine las semejanzas son indudables, desde el argumento, el trastorno que afecta al protagonista o el hecho de que la que todos pensamos como protagonista de la cinta muere relativamente pronto. La sombra de Psicosis se proyecta a lo largo y ancho del cine de terror de los 70 y 80. Podemos citar El estrangulador de Boston, de 1968,  El estrangulador de Rillington Place, de 1971, ambas dirigidas por Richard Fleicher, La noche de Halloween dirigida por John Carpenter en 1978, Viernes 13 de Sean S. Cunninham en 1980,  la de Pesadilla en Elm Street de Wes Craven de 1985,  El silencio de los corderos, dirigida por Jonathan Demme en 1990, Scream de Wes Craven de 1996 o Lo que la verdad esconde de Robert Zemeckis del año 1999. En definitiva, estamos ante una grandísima película, uno de las grandes películas del cine de terror cuyo visionado es obligatorio para todo aficionado al cine que se precie.