El presente comentario posee spoilers
que revelan aspectos fundamentales del argumento de la película de Psicosis.
Por tanto, en el caso de que usted no haya visto todavía el citado filme,
abandone la lectura de estas líneas y no vuelva hasta que haya visto la
película. Psicosis es una película
dirigida por Alfred Hitchcock en 1960 y protagonizada por Anthony Perkins, en el papel de Nornan, Janet
Leight, intepretando a Marion Crane, Vera Miles, interpreta a Lila Crane,
hermana de Marion Crane y John Gavin en el papel de Sam Loomis. El guión está
escrito por Joseph Stefano basándose, a su vez, en la novela del mismo título
de Robert Bloch que fue publicada un año antes y que se inspiraba en la
historia real del asesino en serie Ed Gein. A la izquierda podemos ver uno de
los muchos carteles del clásico inmortal de Psicosis
de Alfred Hitchcock. Podemos observar como el cartel concede mayor protagonismo
a Janet Leigh, en la parte superior inquierda tenemos a Antony Perkins, en la
parte superior derecha a Vera Miles y en la parte izquierda inferior a John
Gavin.
Psicosis inicialmente estaba concebida para estrenarse en
televisión, sin embargo, debido a la dimensión que fue adquiriendo acabó por
convertirse en una película para ser estrenada en los cines. Sin embargo, a
pesar del tremendo éxito taquillero que tuvo la cinta en el momento de su
estreno, en general la recepción que tuvo por parte de la crítica especializada
fue tibia, no sabiendo apreciar sus muchas virtudes. Es algo muy común en
películas que se adelantan a su momento y que marcan un antes y un después en
la historia del cine. Esto nos lleva a reflexionar acerca del cometido de la supuesta
crítica especializada que puede valorar de forma muy negativa una película que
en realidad sea una obra maestra. Al fin y al cabo son opiniones que no
deberían tener más repercusión. Sin embargo estas opiniones de la critica
especializada condiciona de manera inevitable a la audiencia provocando que no
asista a una película determinada y provocando por tanto un previsible fracaso
en taquilla. Frecuentemente grandes películas que contaron con negativas
críticas en su momento de estreno fracasaron en taquilla, pero que el tiempo
supo poner en su lugar. Esto sucedió por ejemplo con el estreno de Blade Runner en 1982 de Ridley Scott,
una obra visionaria en el género de la ciencia ficción, pero esencialmente
incomprendida tanto por la crítica como por el público y que, sin embargo, el
paso del tiempo la colocó en el Olimpo de cine. En Psicosis Alfred Hitchcock reformula, inspirándose en la novela de
Robert Bloch y en el guión de Joseph Stefano, las reglas del cine de terror:
hasta entonces era habitual que en este género cinematográfico se tratara sobre
seres sobrenaturales, fantásticos, monstruos o fantasmas. Sin embargo, al igual
que sucedía con la novela, el terror, y esto el lo auténticamente
innovador, procede de la cotidianidad más absoluta, de aquella
persona que pensamos más ingenua y bondadosa y que podría ser un asesino en
serie y esto genera en el espectador un profundo desasosiego.
La película desde el comienzo, acompañado por la inquietante melodía que
impregna la mayoría de fotogramas nos lleva a una atmósfera malsana va y
agobiante, convenciéndonos de que nada bueno puede pasar aquí. De hecho, la
famosa música de Herrmann, que se ha convertido en un icono y una referencia
para este tipo de cintas, se encuentra en perfecta sincronía con lo que el
espectador ve en la pantalla. Es el tipo de música que el espectador lo
relacionada directamente a un tipo determinado de personaje o película: sucedía
con Tiburón, Superman o Rocky. Volviendo a la película, Marion Crane es una
mujer que, haciendo sordos a las indicaciones de su jefe de llevar una
importante cantidad de dinero al banco, decide robar dicho dinero para poner
fin a su precaria situación económica, emprendiendo una huida. Al igual que
otros grandes genios del séptimo arte, Alfred
Hitchcock es un mentiroso cinematográfico. Además, lo hace de manera
maravillosa. En principio, lo más intuitivo sería pensar que el papel de Janet
Leigh será la protagonista de la cinta. Si atendemos al cartel de la película y
a la primera parte de la película todo gira en torno a ella. Sin embargo, y
esto constituye un auténtico shock para el espectador pues no era nada
previsible, en la primera parte de la cinta morirá asesinada en la famosa
escena de la ducha. ¿Quién hasta esa
época se había atrevido que en la primera parte de un filme muriera a la que
aparentemente era la protagonista absoluta? Wes Craven, en un claro
homenaje a Psicosis, hace
precisamente lo mismo con su película Scream,
vigila quién llama, de 1996, con el personaje de Drew Barrymore. Observamos,
por tanto, como Alfred Hitchcock de una manera plenamente consciente juega con
el espectador desde el principio y lo engaña sin ningún escrúpulo.
La película se inicia con un ritmo pausado y relajado, en la que nos
muestra a Marion Crane y a su novio Sam Loomis teniendo un encuentro amoroso en
un hotel. Por cierto, estoy seguro que estas escenas iniciales de Marion Crane
con su novio Sam resultaron muy subidas de tono para la época en la que se
estrenó. Se ve a Marion en sujetador y besándose con su novio apasionadamente.
Es cierto que Hitchcock siempre se caracterizó en su cine por introducir este
tipo de contenido pero no de un modo tan desmesurado como efectivamente sucede
aquí. Tras este encuentro romántico la película se zambulle en un ritmo
vertiginoso que no da ninguna tregua al espectador. Desde el momento en que Marion
Crane decide robar el dinero la película se convierte en una cinta de cine
negro. En principio el director consigue que el espectador empatice con Marion
Crane porque, a pesar de haber cometido un robo, comprende que se encontraba en
una situación económica muy apurada. Incluso, el espectador sufre ante la
posibilidad de que Marion Crane pudiera ser descubierta, ya sea al ser
sorprendida por su propio jefe en el paso de cebra o cuando es perseguida por
la policía. Sin embargo, al llegar al Motel Bates y morirá sorprendentemente justamente
cuando se estaba tomando una ducha. La película adquiere en este momento el
carácter de cine de terror psicológico. Pero no sólo eso, Alfred Hitchcock
consigue que el espectador empatice con Norman Bates porque se nos presenta
como un pobre muchacho que vive en la soledad más absoluta dominada por su
madre asesina.
Norman Bates (Anthony Perkins) y Marion Crane (Janet Leigh). |
¿Cómo puede surgir una gran
película? Podríamos pensar que es
cuestión de una planificación exhaustiva de todos los aspectos técnicos, de
modo que a partir de un gran guionista, un gran director y de grandes actores
nacería una gran película. Sin embargo, todos estos elementos unidos no
garantizan una gran película sino que es necesario que se combinen
adecuadamente. Puedes contar con un gran guión y un gran director pero que éste
no comprenda adecuadamente dicho guión. Puede ocurrir un actor con una
capacidad interpretativa probada no sea, sin embargo el más idóneo para un
papel determinado, incluso en el caso de que lo fueran no estuvieran en su
mejor momento para hacerlo. Si nos fijamos en otras grandes producciones,
probablemente todos estemos de acuerdo en afirmar que Apocalypse Now de Francis Ford Coppola es una de las grandes
películas del cine moderno creando un caldo de cultivo muy transitado por el
cine posterior. Sin embargo si investigamos en lo que Hans Reinchebach denominó
como contexto de descubrimiento observaremos que la película parecía destinada
al fracaso más absoluto debido a lo caótico que fue el rodaje unido a la
multitud de contratiempos que tuvo que superar Francis Ford Coppola: el actor
principal que era Martin Sheen sufrió un ataque al corazón que paralizó el
rodaje durante semanas, unas tormentas destrozaron parte de los decorados de la
película, muchos de los actores estaban drogados con LSD, el actor Marlon
Brando se presentó al rodaje con muchos kilos de más y sin saberse las líneas
de sus diálogos… Sin embargo, cuando Coppola finalizó el rodaje y montó la
película salió una obra realmente maravillosa que parecía cobrar vida propia y
que reflexionaba sobre la naturaleza humana y la sinrazón de la guerra. Por
tanto, en el correcto funcionamiento de una película es necesario que confluyan
muchos elementos, además de aspectos como el guión, la dirección de actores, la
fotografía, la música o el escenario y que todos ellos concuerden
armónicamente. ¡Cuantas veces ha ocurrido
que una película parecía poseer a priori todos los ingredientes necesarios para
ser calificada como buena pero falla en un aspecto concreto y esto lo convierte
en fallida! Seguro que el lector conoce la trilogía de Regreso al futuro, un clásico del cine de ciencia ficción
ochentero, dirigida por Robert Zemeckis y producida por Steven Spielberg.
Seguro que nadie podría concebir esta serie de películas sin Michael J. Fox en
el papel de Marty Mc Fly. Sin embargo, el actor inicialmente elegido era Eric
Stolz y no Michael J. Fox, incluso se rodó muchas escenas. Sin embargo, el director
al darse cuenta que la película fallaba en un aspecto básico como la
interpretación del actor protagonista que no era acorde con lo que la cinta
requería, supo rectificar, despidiendo al pobre Stolz y contratando a Michael
J. Fox siendo éste el que alcanzó una bien merecida fama. En Psicosis de Alfred Hitchcock todo
funciona a la perfección, el ritmo, el suspense, las interpretaciones, la
dirección, el guión… parece como si todos los astros se alinearan para
engendrar esta obra maestra del cine. ¿Qué
hizo de este filme una obra inmortal del cine? Muy diversas circunstancias:
la novela de Robert Bloch inspirándose en el asesino en serie Ed Gein, el
excelente guión de Joseph Stefano, la
perfecta comprensión de Hitchcock de la novela unida a su enorme maestría de
convertir el guión de Joseph Stefano al lenguaje cinematográfico, una música
cautivadora, todo ello unido por las grandes interpretaciones de los actores.
Si analizamos la controvertida figura de Alfred Hitchcock y analizamos sus
obsesiones, observaremos que tiene puntos en común que permiten reconstruir el
contexto de descubrimiento de Psicosis.
Al igual que Norman, Alfred Hitchcock perdió a su padre durante su juventud, por
tanto ya no tuvo una referencia paterna a partir de ese momento. Desde siempre
su madre se convirtió en una mujer estricta y controladora de la vida de
Hitchcock. Unos de los temas que aparecen en la película es el de los pájaros a
propósito de la afición de Norman hacia la taxidermia, es decir, la disecación
de pájaros. Hitchcock sufría de fobia hacia los pájaros, elemento presente en
el filme, casi anticipando la temática de la que sería su siguiente obra: Los pájaros, de 1963. En la secuencia en
la que Norman y Marion Crane cenan juntos en el despacho del Motel, Norman le
manifiesta que su afición es la taxidermia con la que llena su tiempo libre
remarcando de esta manera su extrema soledad. ¿Qué decir de Anthony Perkins? Seguramente que ningún otro actor
podría haberlo hecho mejor que él y que seguramente nació para hacer este
papel. Se trata de un grandísimo actor dotado de muchos recursos
interpretativos no comunes en el mundo actoral, capaz de mezclar ternura con
inquietud a través de una mirada que se convirtió en icónica en el mundo del
cine. Los críticos afirman que este papel de psicópata encasilló de manera
irremediable la posterior carrera de Perkins. Esta afirmación es verdadera
hasta cierto punto. Curiosamente Anthony Perkins en sus primeros papeles, antes
de la realización de la película Psicosis
era considerado como el nuevo James Dean a través de películas como Cazador de forajidos dirigida por
Anthony Mann, en el año 1957. Que hiciera un gran papel en Psicosis como psicópata no significa que su capacidad actoral se
limitara solamente a este tipo de papeles. Siendo consciente de que a partir de
Psicosis corría el riesgo de
encasillarse en un tipo determinado de papeles y, en consecuencia, estancarse en
su carrera cinematográfica decidió trabajar en películas europeas dirigidas por
grandes realizadores con el propósito de seguir creciendo como actor. Éste es
un aspecto que los críticos no han sabido, o querido, ver de su carrera y que
manifiestan de modo claro que Anthony Perkins más allá del interés económico,
inevitable por otra parte, sí que tenía grandes inquietudes a nivel
cinematográfico. Trabajó con Sophia Loren en la película Un abismo entre los dos, de 1962, con Orson Welles en El proceso de 1962, con Brigitte Bardot
en Un adorable idiota de 1964 o la
famosa ¿Arde Paris? dirigida por René Climent en el año 1966, o Asesinato en el Orient Express de Sydney
Lumet de 1974. A pesar de este esfuerzo consciente realizado por Anthony
Perkins muchos únicamente le ofrecían papeles de carácter sórdido retomando la
saga de Psicosis en los años 80,
interpretar un predicador en La pasión de
China Blue dirigida por Ken Russell en 1984 o Peligrosa de noche de Tobe Hooper en 1990. Pero sin lugar a dudas
el papel de Norman Bates será el más recordado en su larga carrera
cinematográfica. Psicosis está
repleto de momentos realmente memorables que han perdurado más allá del tiempo
en la memoria colectiva del aficionado al cine. ¡Qué decir la escena del asesinato de Marion Crane por la madre de
Norman!¡Y el monólogo final en soledad de Norman señalando que sería incapaz de
matar a una mosca!
La película tiene una lectura psicoanalítica bastante evidente. En las
diferentes etapas en la formación de la personalidad humana Freud concedía
especial importancia a la que llamaba el complejo
de Edipo, en referencia a la tragedia de Sófocles Edipo rey en el que Edipo, rey de Tebas, acabó matando a su padre y
casándose con su madre. Freud considera que el niño se vincula afectivamente
con la madre, sin embargo, esta unión entre madre e hijo se pone en peligro con
el padre. El niño concibe a su padre como una amenaza al que hay que hacer
frente. Norman desde la infancia carece de figura paterna pues éste murió. Es
curioso que en Psicosis IV el comienzo
de Mick Garris se revela como causa de su muerte un violento ataque de abejas.
Sin embargo, en Motel Bates de
Richard Rothstein, que fue el capítulo piloto de una pretendida serie de
televisión sobre el famoso Motel de Norman que finalmente quedó cancelada, se
plantea que el padre de Norman muere a manos de la propia madre de Norman
debido a un ataque de celos de ésta. Esto afectó a Norman pues al no tener
padre el vínculo con su madre se hizo más fuerte. Norman es objeto de maltrato
por parte de su madre, tal como puede verse Psicosis
IV, proporcionándole una educación basada en el odio hacia el sexo. La
relación entre madre e hijo es contradictoria. El propio Norman siente odio y
rabia hacia su madre debido a su carácter manipulador y controlador, pero
también siente una dependencia obsesiva hacia ella. Una vez muerto su marido,
la madre de Norman siente un miedo atroz ante la posibilidad de que su hijo se
enamore de alguna mujer y que la deje sola. Por su parte Norman, al saber que
su madre se ha enamorado de un hombre y que decide instalarlo en el propio
Motel Bates, Norman afectado por un fuerte ataque de celos ante la posibilidad
de perder a su madre, decide eliminar tanto a su madre como a su novio. Todo
este capítulo acabó derivando en la enfermedad de Norman Bates de trastorno de
personalidad múltiple. La psique de Norman se fragmentó en dos personalidades:
la de la madre y la del hijo. Al no aceptar la muerte de su madre, carcomido
por la culpa, Norman roba su cadáver y haciendo uso de sus conocimientos de
taxidermia decide disecar el cuerpo y mantenerlo en casa. Una vez disecado,
Norman cuida el cuerpo de su madre como si estuviera viva llevándola a la
mecedora para que observe desde la ventana, acostándola por la noche y
llevándola en el sótano cuando siente algún temor ante la posibilidad de ser
descubierta. Fue el sentimiento de culpa unido a la no aceptación de la muerte
de su madre las que llevaron a Norman en transformarse en su madre. Con el paso
del tiempo, la personalidad de la madre logró imponerse a la personalidad del
hijo: la personalidad del hijo se encuentra desbordada e impotente para hacer
frente a la personalidad de la madre. En la escena de la cena entre Norman y
Marion Crane, podemos observar esta ambivalencia en Norman: Norman se queja del
trato que le dispensa su madre pero afirma que no la odia sino que lo que odia realmente
es su enfermedad. Incluso muestra un gran enfado cuando Marion le sugiere la
posibilidad de ingresar a su madre en un manicomio señalando que es menos
peligrosa que cualquier pájaro disecado. Norman se siente atraído por Marion,
lo cual supone una amenaza para la figura materna, y en consecuencia la asesina
en la famosa escena de la ducha. Norman, incapaz de hacer frente a la autoridad
materna se limita a limpiar el lugar del crimen y eliminar todas las prueba de
las víctimas de la madre.
Sigmund Freud (1856-1939), fundador del Psicoanálisis. |
Psicosis, en definitiva marcó un antes y un después en el
cine de suspense y terror fundando el género conocido habitualmente como thriller psicológico de suspense,
abriendo la puerta a explorar nuevos temas relacionados con los entresijos de
la mente humana. ¿Cuál es el legado de
Psicosis en la historia del cine? Su legado está muy presente en el cine
posterior del género de terror, más allá de las continuaciones que se llevaron
a cabo de la original de Psicosis. El
excelente Brian de Palma desarrolla una filmografía en la que la influencia de
Hitchcock es bastante evidente por los temas que trata y en su manejo de cámara. De hecho, en la película Vestida para matar protagonizada por
Michael Caine las semejanzas son indudables, desde el argumento, el trastorno
que afecta al protagonista o el hecho de que la que todos pensamos como
protagonista de la cinta muere relativamente pronto. La sombra de Psicosis se proyecta a lo largo y ancho
del cine de terror de los 70 y 80. Podemos citar El estrangulador de Boston, de 1968, El
estrangulador de Rillington Place, de 1971, ambas dirigidas por Richard
Fleicher, La noche de Halloween
dirigida por John Carpenter en 1978, Viernes
13 de Sean S. Cunninham en 1980, la
de Pesadilla en Elm Street de Wes
Craven de 1985, El silencio de los corderos, dirigida por Jonathan Demme en 1990, Scream de Wes Craven de 1996 o Lo que la
verdad esconde de Robert Zemeckis del año 1999. En definitiva, estamos ante una
grandísima película, uno de las grandes películas del cine de terror cuyo
visionado es obligatorio para todo aficionado al cine que se precie.