viernes, 20 de marzo de 2020

Psicología humanista de Abraham Maslow.

Abraham Maslow (1908-1970).
Abraham Maslow (1908-1970) es considerado como uno de los fundadores de la psicología humanista y es conocido en el campo de la psicología a partir de la pirámide que lleva su nombre o jerarquía de las necesidades humanas.  Afirma que no tiene sentido extrapolar al ser humano las investigaciones que se han desarrollado en torno a los animales sin atender a sus facultades intelectuales superiores. En su obra La teoría de la motivación humana del año 1943 introduce una concepción jerárquica de las necesidades que todas las personas tenemos que satisfacer y que de un modo u otro estarán presentes en nuestra vida. Muchos elementos de su obra han sido utilizados en ámbitos tan diferentes como el marketing, la economía o las finanzas. Es una concepción que se encuentra muy influenciada por ideas y estereotipo propios de una sociedad capitalista.
Maslow considera que ningún ser humano puede pasar al siguiente nivel sin tener cubierto el anterior.  Se ocupa en primer lugar de las necesidades básicas o fisiológicas del organismo y del cuerpo. Podemos encontrar necesidades como respirar, alimento, descanso, dormir, evitar el dolor, actividad sexual…. Parece que sin la satisfacción de estas necesidades básicas de carácter instintivo y biologista no nos sería posible desarrollar un proyecto de vida propio. Sin embargo, si analizamos la historia podremos encontrar a diversos personajes que supieron elevarse más allá de esa limitación en la satisfacción de esas necesidades básicas y constituyeron un ejemplo para la humanidad. Por tanto, si nuestras necesidades fisiológicas o biológicas quedan  parcialmente insatisfechas, esto no significa que no podamos seguir avanzando. Lógicamente, es manifiesto que empobrece el proceso y genera más sufrimiento.
La segunda parte de las necesidades que plantea jerárquicamente Maslow corresponde a las necesidades de seguridad. Se  incluye todas aquellas necesidades que son básicas para vivir pero que ya no son meramente fisiológicas: seguridad física que asegura la integridad física, salud, los aspectos de carácter moral y físico que nos permita disfrutar de las primeras necesidades fisiológicas: acceso a una vivienda digna, conseguir nuestros propios recursos para satisfacer nuestra vida mediante el trabajo, acceso a planes sanitarios o de salud, la capacidad de tener propiedades privadas o seguros que nos protegen en caso de conflicto o problema. A nivel psíquico, a medida que el ser humano evoluciona se da cuenta que más allá de la satisfacción de la necesidades básicas de carácter fisiológico necesita también de satisfacción de necesidades de seguridad. En principio este tipo de necesidad es apremiante. Hay personas, sin embargo, que se encuentran en situación de indefensión aprendida, o en general de poca responsabilidad en su vida, y, por tanto, no asumen el compromiso para satisfacer las necesidades de este segundo estrato de la pirámide de Maslow.
El tercer tipo de necesidades que procuramos su satisfacción tienen que ver con la afiliación o pertenencia. En este tercer estrato o nivel de la pirámide encontramos la necesidad de la amistad, del afecto. Aquí nos encontramos el amor de pareja y no centrado exclusivamente al aspecto sexual sino al afecto y a la pertenencia. Se trata de un tipo de necesidad que nos lleva a la superación de la soledad y del ostracismo. Como mamíferos que somos de manera inevitable tenemos una necesidad fuerte de vínculo. Y no sólo físicamente sino también a tener una cotidianidad de sabernos parte de una comunidad, de una iglesia, de un club social. Esta necesidad pudiera ser explotada sobremanera por el capitalismo para hacernos sentir parte de grupos a los que no necesariamente somos: las marcas, determinado tipo de comida… A veces el ostracismo, el aislamiento, el exceso de trabajo, las inseguridades personales nos desconectan de esta necesidad de fusión y de afiliación con los otros. De nuevo, nos damos cuenta que los nuevos tipos de necesidades no invalidan a la otra sino que jerárquicamente una es más necesaria para que una persona pueda existir. ¿Cómo podemos estar pensando en una gran necesidad de amar y de ser amados si no sabemos dónde vamos a vivir, si vamos a tener una casa que nos?
El cuarto nivel o estrato de la pirámide se refiere a la necesidad de reconocimiento. Una vez que hemos satisfecho las necesidades anteriores es necesario satisfacer las necesidades de autoestima, de confianza, de respeto, alcanzar logros y éxito en la vida. Necesitamos un reconocimiento hacia aquello que hemos logrado, a través de nosotros mismos o con ayuda de los demás. Pero, ¿cuántas veces no nos sentimos esclavizados, lejos de ser independientes o de ser libres aun tendiendo las necesidades tanto de tipo fisiológico, de seguridad y afiliación resueltas? Maslow distingue entre la estima alta y la estima baja. La estima alta se refiere a la necesidad de respeto hacia uno mismo e incluye sentimientos como confianza, competencia, maestría, logros, independencia y libertad. Y la estima baja se refiere a la necesidad de respeto por el resto de personas, la necesidad de atención, de aprecio, de reconocimiento, de reputación, de estatus, de dignidad, de fama, de gloria e incluso de dominio. Las personas de baja estima son aquellas personas que se preocupan por lo que el resto de personas puedan pensar en él. Por lo tanto, dependiendo del individuo puede surgir una alta estima o baja, o ambas simultáneamente.
Por tanto, el autorreconocimiento, la confianza en sí mismo, el sentido de dignidad, de respeto, de éxito son necesidades legítimas siempre y cuando no dominen a todo el yo. Si éste fuera el caso nos transformaríamos en neuróticos y enfermos en busca de aprobación, de aceptación y de reconocimiento Y así, no podríamos ser felices sino que seria una forma de ser esclavo. No somos libres cuando imploramos el reconocimiento de los otros. Maslow considera que la necesidad de reconocimiento incluye el respeto de los demás, el estatus, la fama, la atención, la reputación, la dignidad. Y en su parte más elevada la autoconfianza, la autoestima, el sentido de competencia o logro personal, de independencia y de libertad.
Finalmente, el quinto estrato o nivel de la pirámide se relaciona con la satisfacción de las necesidade de autorrealización. Maslow considera que ningún individuo puede llegar a la autorrealización sin haber cubierto antes los cuatro primeros puntos de la pirámide, al menos hasta cierto punto. Podemos encontrar desde los aspectos espontaneidad, creatividad, el ir más allá de los prejuicios, aceptación de hechos, gestión de problemas, liderazgos o de los sistemas de creencias que nos han alimentado, la aceptación de la realidad tal como nosotros la podamos entender, una capacidad de tener resiliencia, es decir, la capacidad para adaptarnos y resolver problemas en situaciones críticas o de conflicto. Maslow  se basó en personajes como Abraham Lincoln, Thomas Jefferson, Gandhi o Albert Einstein  personajes que han sido muy admiradas por la sociedad. Son personas muy centradas en las realidad, que saben distinguir lo verdadero de lo falso, se enfrentan a los problemas pero siempre orientado a las soluciones, independientes del entorno y de la cultura dominantes, basados en las experiencias y juicios propios, resistentes a la enculturación, inconformistas, con sentido del humor, aceptación de sí mismos y de los demás, sin ser pretenciosos, creativos, originales y con tendencia a vivir con una gran intensidad. El nivel más alto se relaciona con la autorrealización y desarrollo de nuestro ser interior. Es necesario crecer como personas, de llegar a ser quienes somos realmente por naturaleza. Se trata de un desarrollo psico-espiritual y no necesariamente religioso, que da una forma y un sentido personal al mundo. Las necesidades de autorrealización, en muchos sentidos, se relacionan directamente con la humanización de la conducta, de la comprensión de uno mismo y del prójimo. Observamos que muchas personas que aparentemente tienen todo lo necesario para ser felices: pareja, hijo, trabajo, dinero, reconocimiento… pero que en el fondo tienen una existencia vacía. Esto es consecuencia de que no son dueños de su vida. Estas personas no han encontrado una verdadera autorrealización. Concretamente Viktor Frankl, fundador de la logoterapia.  centra su enfoque psicoterapéutico en el sentido humano de lo que nos sucede. Se trata de una evaluación personal de lo que es realmente importante en la vida de las personas. Aquí la persona encuentra la integración de su vida completa como persona: ¿Por qué vivimos esta vida? No es algo sencillo, sino que es altamente personal, único y apasionante. Es un viaje de desarrollo psico-espiritual, no necesariamente religioso, donde comprendemos el sentido y los verbalizamos y caminamos con las otras necesidades luchando por seguir satisfaciéndolas. Si para alguien la autorrealización es evitar el sufrimiento en seres vivos (el budismo…) entonces se convertirá en vegano: se transforma en una persona menos violenta y con una forma de comer más pacífica y centrado en el no dolor. Sus necesidades de seguridad cambian: es una persona menos consumista. Desde  el punto de vista de las necesidades de afiliación, se relacionará con personas más congruentes con su tipo de vida, a actuar desde el respeto. La autorrealización dota de un sentido profundo y personal a la vida y no pretende imponerlo a nadie. A su vez, en su necesidad de reconocimiento, podría observar que los demás hacen lo mismo y entonces existe un proceso de retroalimentación.
Con la autorrealización, se alcanza una situación de homeostasis o equilibrio. Y, por supuesto, el equilibrio siempre va a estar relacionado con la armonía y con la salud, es decir, nuestras vidas tendrá menos y más congruencias.
La pirámide de Maslow no es una estructura mecánica y fría que podamos imponer a nadie. Es un enfoque dinámico pues nuestra vida es movimiento y cambio. Se asocia al bienestar y no como manipulación de las necesidades de las personas. Es una estructura viva que constantemente se va moviendo, nos permite observarnos a nosotros y nuestro mundo circundante.

viernes, 13 de marzo de 2020

Glass (2019), de Night Shyamalan.


Glass, película dirigida por Night Shyamalan, ha sido vapuleada injustamente por la crítica especializada en Estados Unidos. Yo me pregunto: ¿Qué película han visto? ¿Han visto la misma película? Seguro que no han visto la misma película que yo vi. ¿De verdad que para muchos críticos esta película no merecía al menos un cinco? Yo planteo el siguiente punto de reflexión: ¿Qué personas se dedican a desarrollar semejantes críticas que lo único que consiguen es que muchos espectadores no vayan a verlo? Es una película realmente maravillosa dirigida no solo a los seguidores de El Protegido y de Múltiple sino a todos los amantes del cine, es un canto de amor para los fans de los cómics.
Vuelvo a preguntar: ¿Cómo es posible que esta película solamente haya podido alcanzar solamente un 35% de críticas favorables en  Rotten Tomatoes? Estoy seguro que esta película será mejor valorada con el paso de lo años.
Esta película es un cierre perfecto para la trilogía que comenzó con El Protegido en el año 2000, que continuó con Múltiple en 2015. Quizás, no sea Glass tan redonda como las otras dos de la saga pero es una muy buena película a la que hay, por supuesto, que reivindicar. Es mejor como cierre de la trilogía más que como película individual.
Hay que comprender que la película es sobre Don Cristal, el personaje que interpreta Samuel L. Jackson, y donde se resuelven los cabos de Múltiple porque aquí tenemos una resolución para el personaje de Kevin, protagonizado por James McAvoy. La premisa es bastante original dentro de las películas de género fantástico: ¿puede ser uno mismo un superhéroe? ¿Pueden existir superhéroes? Y no solo eso, sino darlos a conocer al mundo. Igual que sucedía en Matrix, abrir los ojos y darte cuenta de que estás en la realidad.
La cinta tiene un gran sentido del suspense y una forma de rodar cine muy Shyamalan, muy distinto al que cabría esperar pues Shyamalan no rueda películas tipo Los vengadores. A destacar las interpretaciones de James McAvoy y de Samuel L. Jackson, que son los dos personajes que se imponen en la película, por encima del papel de Bruce Willis. James McAvoy, al igual que hizo con Múltiple, interpreta a varios personajes de una forma absolutamente maravillosa. Igual ocurre con el personaje de Samuel L. Jackson, que se recupera desde El Protegido y que es el punto de unión entre los personales de James McAvoy y el de Bruce Willis. Shyamalan consigue un producto muy entretenido, con muchos giros. Hay una gran dirección de actores y unos planos absolutamente maravillosos y sólo ha costado 20 millones de dólares. Tiene momentos cósmicos, una banda sonora que acompaña de continúo a la trama, parecido a lo que hacía Christopher Nolan con El Caballero oscuro. La película es un estudio psicológico y una carta de amor a los cómics. Los actores secundarios cumplen muy bien con su cometido. Hay momentos con mucha tensión. Destacamos la importancia de los colores a la hora de identificar a los personajes. El personaje de Samuel L. Jackson tiene un tono púrpura, un toque amarillo anaranjado para el personaje de La Bestia, el color más azulado verdoso para el personaje de Bruce Willis, David Dunn.
La historia se va cociendo lentamente con varios giros muy importantes. Hay planos-secuencias en los que Shyamalan saber crea tensión, a partir de la música o de los gestos de los protagonistas, como sucede con las charlas entre el personaje de Sarah Paulsen con los de James McAvoy, Samuel L. Jackson y Bruce Willis tratándoles de convencer de que no son superhéroes. Es una película que trata de acceder dentro de la psicología de los personajes, que trata incluso de confundir al espectador para que éste crea que éstos no son superhéroes.
La película tiene muchos guiños al mundo de los cómics, incluso a Superman. Tiene referencias a Terminator 2 con lo que sucede en el interior del psiquiátrico. El director sabe transmitir un perfecto sentimiento de claustrofobia, como nos metemos en el pellejo de estos tres dentro del psiquiátrico. Incluso, cuando se nos muestra el psiquiátrico desde la distancia nos recuerda un poco a El Silencio de los corderos o Alguien voló sobre el nido del cuco. Anya Taylor-Joy recupera el papel de Múltiple, pero aunque pequeño es muy destacable. Además, tenemos al hijo de David Dunn  como a la madre de Don Cristal.
Como hemos señalado más arriba, la película tiene como tema principal si los superhéroes existen o no y si uno mismo se siente superhéroe o no. Esto lo retoma de la primera película El Protegido donde el personaje de Bruce Willis poco a poco va descubriendo que es un superhéroe y como su hijo y el propio Don Cristal están convencidos de que es un superhéroe. Los momentos de acción, que no son pocos, están muy bien rodados. Pero no se confundan, no hay batallas en lo alto de un edificios, con rayos cósmicos. También hay momentos un tanto tétricos concentrados en buena medida en lo que hace el personaje de Don Cristal. Es una película que ata cabos de las otras y que cierra la trilogía. A Night Shyamalan lo que le interesa realmente investigar es la psicología de los espectadores: Busca la creencia o la posibilidad de que existan los superhéroes. Y no sólo eso, sino que el mundo de los cómics esté basado en algo que existió en el pasado.
Es muy común en el universo cinematográfico de Shyamalan jugar con la mente del espectador. Cuando la doctora les convence de que todo lo que han vivido tiene una explicación racional,  esto se lo está haciendo al propio espectador. Y el espectador comienza a dudar. Tiene mucho que ver con Señales cuando en esa cinta se señalaba que el mundo se dividía entre los que creen y los que no creen. De la misma manera, El sexto sentido hasta aproximadamente la mitad del metraje no hay nada sobrenatural. Es cierto que niño dice que le pasan cosas sobrenaturales, pero el espectador no ve nada y duda de si los espíritus existen o si es el niño el que tiene un problema mental. Shyamalan tiene la virtud de, no solo hacer pasar a sus personajes por esas crisis de fe  sino que pone a prueba al propio espectador, si cree o no cree. Muchos críticos o espectadores han criticado mucho a Glass, especialmente en aquellas escenas en la que la que el personaje interpretado por Sarah Paulsen en la que trata a convencer a los tres protagonistas de que realmente no son superhéroes. Trata de convencer no sólo a los héroes y villanos sino a la gente más próxima, Es un estudio psicológico muy profundo y quizás algunos espectadores hayan podido quedar decepcionados por no ser escenas de acción. A mí me resulta muy interesante cómo va evolucionando el propio personaje de la doctora, en no quedar solo como una mera psicóloga. La película en el fondo no es el enfrentando entre David Dunn y la Bestia con Don Cristal como punto de unión, sino una lucha entre los tres contra la doctora en su intento de reivindicar la existencia de superpoderes,
Debemos señalar que Shyamalan tiene el género del terror muy presente. Ya El Protegido que en sentido propio no era una película de terror pero tenía sus toques de terror. Las escenas de acción estaban muy bien rodadas y, además, de modo nada convencional.
La película recupera a muchos de los actores de El Protegido, por ejemplo, el vendedor de comics es el mismo. A destacar el personaje de Don Cristal y su atadura con el mundo de los cómics. Samuel L. Jackson tiene una actuación increíble, poco a poco se va adueñándose de la cinta con su mente maestra.
La película se sitúa en un momento inmediatamente posterior a lo acontecido en la primera película. Casey (Anya Taylor-Joy) está con su familia de acogida. El personaje Kevin (James McAvoy) sigue cazando mujeres, y David Dunn(Bruce  Willis) intenta proteger a las personas pero ayudado esta vez por su hijo (Spencer Treat Clarck). E hijo tiene una tienda de seguridad y se dedica a atrapar delincuentes. David Dunn se enfrenta a Kevin en una zona industrial en un intento por salvar a cuatro chicas que había secuestrado. El enfrentamiento entre ambos resulta épico y está rodado por gran pulso narrativo por el director. Cuando está a punto de terminar el combate serán arrestados por la policía, al mando del cual está la doctora Ellie Staple (Sarah Paulson). En el psiquiátrico está Elijah Price (Samuel L. Jackson) al que han estado drogando para hacer dormir su excesiva inteligencia, encontrándose en un estado semicatatónico o vegetal, para evitar que se fugue. En una de las pocas salidas de su habitación, cuando todos sus cuidadores le creían en estado vegetativo se dirige para entrevistarse con la Bestia y saber si es un supervillano. El personaje de Sarah Paulsen y los responsables de la seguridad se dan cuenta que Don Cristal ha salido y quieren adelantar la operación. En ese momento en que le operan podemos ver cómo recuerda que siendo niño estuvo en una atracción y se rompió todos los huesos. Pero luego vemos que ha cambiado una pieza de esa máquina con la que trataban de practicarle una lobotomía. Aprovecha para coger un utensilio cortante y logra asesinar a uno de los guardianes y liberarse, un poco recordándonos a Terminator 2. Al día siguiente Don Cristal junto con la identidad de Patricia caracterizada como enfermera logra lleva a Don Cristal en silla de ruedas hasta el sótano. El personal de limpieza descubre que están escapando y dan el aviso. Al final hay un enfrentamiento entre los superhéroes y los villanos. El enfrentamiento entre la Bestia y David Dunn está perfectamente rodado, con gran realismo y tensión. Descubrimos que Don Cristal quiere lleva a estos dos a un edificio para que todo el mundo descubra que existen superhéroes y que los superhéroes existen en la realidad. Pero justo al final aparecen unos policías. Al final descubrimos que el padre de Kevin murió en el mismo accidente del tren que narraba El Protegido. Se plantea la siguiente contradicción: el hijo le dice a la Bestia que quien mató a su padre fue Don Cristal y éste le dice a la Bestia que si no hubiera sido por él, la Bestia no habría surgido. Pero la Bestia le contesta que está ahí para proteger a Kevin. Descubrimos que el personaje de Sarah Paulsen procede de una organización que está tratando de evitar que la gente sepa que en el mundo hay superhéroes para mantener el equilibrio. El personaje de Sarah Paulsen lo que ha tratado desde el primer momento que estos superhéroes no sean conocidos por la sociedad, y así mantener el equilibrio del mundo. Los tres superhéroes mueren. Descubrimos que Don Cristal ha logrado grabar este enfrentamiento y enviado todo esto a su madre, al hijo  de David Dunn y a Casey. Estos archivos son enviados a todos los teléfonos de todos los ciudadanos del mundo para que conozcan que los superhéroes existen. Ya en el comienzo de la película se reflexiona sobre el grabar un acontecimiento para que todos lo puedan ver. Justamente ya puede hacernos suponer un indicio sobre lo que pasará al final.
La escena final es reveladora con la voz en off de Don Cristal y Casey, El hijo de David, la madre de Don Cristal y Anya están sentados en el lugar donde nacieron la Bestia y David Dunn. Shyamalan cierra la trilogía con la muerte de los tres personajes principales dando más sentido a esa revelación final al mundo. Ellos se presentan como mártires de su causa.
La película está muy inteligentemente montado y se desarrolla en varios frentes. En primer lugar la relación entre padre e hijo entre David Dunn y Joseph Dunn, Es uno de los núcleos de la película porque es una relación similar a la que se establece entre Elijah Price y su madre. También la relación que se establece entre los personajes de James McAvoy y de Anya Taylor-Joy.  Con estos personajes se construye una película con un gran cariño por el mundo de los cómics. Además, como hemos señalado más arriba, tenemos personajes que aparecieron en las otras películas aunque más envejecidos: el hijo de David Dunn, el vendedor de cómics y el propio Night Shyamalan. Con todo esto la película pretende buscar el origen del superhéroe dentro de un mundo donde no deberían existir los superhéroes.
Uno de los problemas de la película es que durante la primera hora de metraje el personaje de Samuel L. Jackson está en estado vegetativo y no forma parte del tramo argumental de la película. Todo ello teniendo en cuenta que el título de la película se refiere a este personaje. Es cierto que todo cambia cuando despierta el personaje de Samuel L. Jackson, que debería haber tenido un papel primordial desde el primer momento. En el fondo, la película es una crítica social, concretamente el control que ejercen los gobiernos sobre las personas.
La idea de una organización que persigue a las personas que tienen poderes y los van controlando es original. Sin embargo, como giro de la película parece que surge un poco de la nada. No surge de los elementos propios  de la trilogía. Ni en El Protegido ni en Múltiple había una sola pista ni rastro. Los grandes giros, como sucedía en Múltiple o en El sexto sentido dan luz a cosas que ya se habían visto en la película. Pero no es esto lo que sucede. No es un giro redondo. Los mejores giros son aquellos que resultan inesperados pero que al mismo tiempo sea capaz de adivinarlo a partir de elementos que tenemos en la película. Como cierre de la película está bien pero no como cierre de la trilogía. En la película Múltiple Shyamalan se explicaba que aquellas personas que poseían personalidad múltiple son capaces de tener cambios físicos increíbles. Unas personas son ciegas y otras no, unas tiene diabetes y otros no. En la película se cuenta que va a venir la Bestia y el espectador se preguntaba si la Bestia iba a tener características sobrenaturales o no. Este giro estaba bien resuelto narrativamente. En Glass sí que hay un buen giro cuando se descubre que el padre de Kevin iba en el mismo tren en el que iba David Dunn. Aquí sí que se está usando elementos de las otras dos películas: une el accidente del tren de David Dunn y esa escena en la que Kevin va a la estación de tren.
James McAvoy destaca sobremanera en su actuación. Destacamos la escena en que le lanzan flashes de luz para que cambie de personaje en cuestión de segundos. Cada uno de los personajes se distingue por acentos, por actitudes, por aptitudes, posturas físicas o movimientos. A destacar la versión doblada al castellano donde el actor de doblaje hace un excelente trabajo.
Es curioso que el personaje de Bruce Willis es el que tiene menos protagonismo de los tres superhéroes. Llega un momento en el metraje en la que David Dunn queda apartado de la trama tanto por el personaje James McAvoy como por el de Samuel L. Jackson. Una posible causa sea, quizás porque Bruce Willis no cuenta en la actualidad de la popularidad que gozaba antaño, a diferencia de James McAvoy. Bruce Willis interpreta aquí un héroe desgastado: se nos presenta anciano, canoso y vive solo. Su mujer ha fallecido y se encuentra un poco fuera de lugar. Aunque esto sólo queda como apunte y no tiene más desarrollo. Pero no sólo eso, además, se le echa de menos el tratamiento visual que tenía este personaje en la película de El Protegido que siempre estaba muy enfatizado, ya sea a través de la arquitectura de los lugares (la estación por ejemplo) y le da un aura mítico. En esta película lo hace poco, como si Shyamalan no estuviera tan fascinado por este personaje. Por ejemplo, en Múltiple cada vez que aparecía la Bestia quedaba muy enfatizado visualmente. Pero lo más destacable es la manera en que muere David Dunn en la película. Resulta muy poco digna, a manos de un persona al que ni si quiera se le ve y en un charco. Creo que este personaje merecía otra muerte. Shyamalan huye de la épica de una muerte de superhéroe. Seguramente resulta la muerte menos épica de los tres personajes principales. Su mejor escena no es propiamente de esta película sino una rescatada de la película de El Protegido. Incluso el hijo de David Dunn parece que tiene más interés para el director que el propio David Dunn. Parece como si el director al rodar El Protegido agotó todo lo que quería contar de este personaje. En esta película aporta muy poco y no tendrá el desarrollo que sí tendrá Don Cristal o Kevin. Tuvo su película, y cada actor tiene su momento de estrella y en esta película le corresponde a Don Cristal.
Respecto a Samuel L. Jackson, su personaje es sobre el gira la trama de la película. Es la auténtica mente pensante. Tiene un gran plan: ha cambiado las pastillas que le mantenía sedado por aspirinas y entonces es plenamente consciente. Lo que quiere hacer es trazar un plan para enfrentar a la bestia con David Dunn. Cuando vemos a Don Cristal entrar en la sala de ordenadores y observamos la familiaridad con lo que lo hace, el espectador puede hacerse una idea de que no era la primera vez que lo hacía. Su plan inicial fue llevarlos a un gran edificio que están construyendo que parecen las Torres Gemelas con el propósito de que el mundo conozca estos dos superhéroes, que todo el mundo vean que estos personajes existen, que todos las personas que han tenido problemas en el pasado puede convertirse en un superhéroe o en un supervillano. Don Cristal es una persona muy débil a nivel físico pero él admira a las personas que estén en el otro punto, que sean muy fuertes, que haya una Bestia o un David Dunn. Él muere pero consigue convencer al mundo de la existencia de superhéroes. Al final es Don Cristal la clave de la película y demuestra ser una mente maestra.
Destacamos también el personaje de Sarah Paulsen que trata de meterse en los personajes en la mente de esos personajes. Pretende convencer a los protagonistas de que no son superhéroes sino que se lo han inventando. Lo que hace es hacerles perder la fe para ser un superhéroe. A Kevin le quiere convencer de que la Bestia es un personaje con poco poder: haciéndole ver que los hechos narrados en Múltiple era explicables de manera racional: la munición con la que le dispararon estaban humedecidos, que los barrotes que dobló no eran muy fuertes.  Igual ocurre con el personaje de Bruce Willis: trata de convencerlo de que sus visiones no pasaban de ser meras intuiciones más o menos fantasiosas.
En definitiva, una película que técnicamente es una maravilla, como todas las de Shyamalan siguiendo la línea de El sexto sentido, El Protegido, Señales y Múltiple. Muy bien rodada, gran uso de la cámara, el encuadre, la composición del plano, todo lo maneja con una maestría enorme.
La película es un continuo cúmulo de sorpresas, con giros hasta el último momento. Hay un último giro que se lleva todo a un nivel más grande. Aunque la película se concentra en el psiquiátrico y en los tres personajes trasciende más allá que incluso podría abrir a nuevas películas. Tiene momentos dramáticos que nos llevan al pasado de Don Cristal, vemos escenas eliminadas de El Protegido metidas aquí.  La película conforma el cierre de la trilogía. Es como si Shyamalan desde El Protegido tuviera todo perfectamente estudiado. Es un cierre perfecto. Como película individual bebe mucho de las otras y es necesario haber visto las otras. Quizás ésta sea un poco más floja que El Protegido y que de Múltiple pero une muy bien lo que vimos en Múltiple con El Protegido. Y nos trae de vuelta sobre todo a Don Cristal que es el nexo de unión entre los dos personajes. En un segundo visionado la película gana enteros porque tiene grandes diálogos. Además como estudio psicológico y como intento de tratar de confundir al espectador que le lleva al espectador a la no creencia de los superhéroes



sábado, 7 de marzo de 2020

El pin Parental.


Congreso de los Diputados.
Hace poco tiempo nos sorprendió desde los medios de comunicación la noticia sobre la propuesta del partido político VOX que en la Región de Murcia formuló y que fue bautizado como el Pin Parental. Si analizamos los dos términos que componen la expresión de Pin Parental parece manifiesto su significado: pin se refiere en nuestro lenguaje ordinario una clave o contraseña que es necesario introducir y el segundo término es un adjetivo que define al primer término. Concretamente el Pin Parental se refiere al hecho de que los alumnos de un centro educativo menores de edad tengan que contar con el consentimiento de sus padres a la hora de asistir a charlas que guarden relación con el feminismo, la igualdad de género o del colectivo de LGTBI. Esto parece en una primera aproximación una intromisión injustificada de los padres en relación a los planes de estudio. Aunque esto parece estar en concordancia en cierta medida con la opinión que se encuentra instalada en cierta parte de la población que establece la existencia de un hiato entre las enseñanzas de una escuela pública y la educación. Según esta anquilosada postura la escuela ha de formar académicamente a los alumnos de manera exclusiva mientras que la familia sería la responsable de educar a sus hijos de acuerdo con los valores que estime oportuno.
Pero, ¿es verdad que un profesor cuando imparte su materia puede de dejar de manifestar valores? Esos no es posible, señores del VOX murciano, es como si mutilásemos a una persona y dijéramos que una persona es de un modo cuando está con su familia o con sus amigos y es otra cuando se encuentra en su lugar de trabajo. Una persona constituye una totalidad y manifiesta siempre una actitud, independientemente del lugar donde se encuentre. ¿En qué materias suelen destacar nuestros alumnos sacando las mejores notas? Supongo que los señores del VOX murciano dirían que aquellas materias con las que el alumno sienta una mayor afinidad o vinculación por su forma de ser y eso hace que estudie con verdadera pasión la materia. Pero se equivocan otra vez. A partir de mi experiencia docente llego a la conclusión de que los alumnos suelen sacar mejores calificaciones en aquellas materias cuyo profesor o profesora les sepa motivar y confiar en que ellos mediante esfuerzo y dedicación pueden hacer las cosas muy bien. Ahí está la labor del profesor, en dotar al alumno de la confianza requerida para hacerlo bien. Por ello un buen profesor debe ser ante todo un psicólogo y un motivador. Porque no nos equivoquemos los profesores, los alumnos son proyectos de futuras personas, esas personas que en el futuro se encargarán de dirigir esta sociedad. Los alumnos se contagian inevitablemente de los valores y de las actitudes de los profesores. ¿Un gobierno presidido por un presidente mediocre que acabará provocando con el paso del tiempo en el caso de que no haya un ciudadano que al modo platónico se libere de sus cadenas y comprenda la verdad? Pues unos ciudadanos mediocres, no hay más.
Vivimos en un lugar llamado España donde mucha gente se cree con el derecho de opinar sobre asuntos en los que no conoce ni una palabra. Está claro que la libertad es un derecho inalienable de las personas que no puede ser negada bajo ninguna circunstancia. Cuando vivimos en sociedad es manifiestamente claro que no podemos tener una libertad absoluta sino que hay que hacer lo posible para que puedan convivir armónicamente la libertad de uno con las demás, Se resume con esa frase tan famosa de que la libertad de uno termina donde empieza la libertad del otro. Sin embargo, que una persona tenga libertad no significa que pueda opinar sobre asuntos que no entiende. Eso sí, tiene la libertad de formarse de manera adecuada y una vez adquirida poder opinar. ¿Los contenidos que deben impartirse en una escuela, aunque sea perteneciente a las actividades complementarias o extraescolares deben depender del escrutinio de los padres? Los señores del VOX murciano establecerán que en aquellos aspectos que dependan de la conciencia de cada individuo sí. Y yo les pregunto lo siguiente: ¿Qué clase de contenidos creéis que imparten una escuela pública en el seno de una sociedad democrática? ¿Acaso no es correcto que los niños desde pequeños adquieran una formación suficiente basado en los valores de una sociedad democrática como el caso de la libertad, el respeto o la igualdad?
Es como si el juez antes de impartir justicia al juzgar un caso concreto tuviera que contar con la aprobación de otra instancia que no tuviera necesariamente una formación adecuada en materia de leyes. ¿Qué tipo de sociedad creéis que estáis construyendo? Que vosotros viváis en una sociedad democrática no os da el derecho de propagar y extender muchas de vuestras ideas retrógradas al conjunto de la sociedad. Debemos hacer lo posible desde la escuela pública para que la sociedad del futuro adquiera no sólo enseñanzas de materias concretas sino valores adecuados, esto es, su propósito es formar personas en sentido pleno.¿Esto significa que la familia ya no es importante? Si piensan eso es que no han comprendido nada. La familia y la Escuela deben estar en continua retroalimentación para conseguir que los alumnos sean buenas personas en el sentido literal de la palabra. Pero no podemos restringir la educación del niño únicamente al ámbito familiar sino que debe compartirse con la escuela. Yo les pregunto a los señores del VOX murciano: ¿Qué tipo de educación pensáis que se puede impartir en una Escuela pública?
¿Qué ocurriría en el caso de unos hijos que hayan nacido en una familia retrógrada y que defendiera el machismo? ¿Están esos hijos condenados a repetir los mismos errores que sus padres y negarles la posibilidad de prosperar hacia otras posturas más humanizadoras y una vida más plena? Salvando las distancias fue algo semejante a lo que aconteció con las doctrinas de Charles Darwin cuando éstas comenzaron a impartirse en las escuelas. Los inquisidores de la religión consideraron sacrílegas semejante teoría e hicieron lo posible para que no pudieran impartirse en las escuelas. Por este motivo, Darwin fue repudiado y ridiculizado por la sociedad de su época que no consideraron que el ser humano pudiera ser el resultado de un proceso evolutivo de miles de millones de años, como el resto de seres vivos. De hecho, una empresa tomó la cara de este inglés y lo colocó sobre un cuerpo de mono y sirvió de logotipo para promocionar un producto de anís.
Los ciudadanos de un país no pueden aguantar las sandeces y tonterías de sus gobernantes y, si esto se produjera, es necesario que se rebelen y hagan lo posible por cambiar las cosas. Sin lugar a dudas, la estupidez de nuestros políticos es la gran enfermedad que debe ser combatida. Es altamente peligrosa pues es muy contagiosa. La mejor vacuna es la curiosidad por el conocimiento y la capacidad crítica. Sólo así los ciudadanos podrán abandonar la oscuridad de la ignorancia y alcanzar la luz del conocimiento y la senda del progreso.

domingo, 1 de marzo de 2020

De líder carismático a tirano: Robert Mugabe.

Rober Mugabe (1924-1919).
La figura Robert Mugabe nos servirá como telón de fondo para una reflexión en torno al poder. Robert Mugabe, presidente de Zimbabue a lo largo de treinta y siete años, ha sido calificado como un liberador pero también como tirano. ¿Cómo es posible que una misma persona sea calificada a la vez de héroe y de tirano? ¿Por qué hay personas que emprenden cualquier tipo de proyecto con unos propósitos muy nobles y pertinentes para acabar convirtiéndose en tiranos? Es una tónica habitual en la vida, y en el ámbito político de manera fundamental. Las personas que alcanzan el poder, una vez transcurrido cierto tiempo de asimilación, llegan a pensar que ese poder les pertenece.  Y en eso consiste su error. En consecuencia, piensan equivocadamente que están más allá del bien y del mal. Consideran que no habrá enfermedad por cruel que sea lo suficientemente dura que logre quebrar su salud, son dioses encarnados en el mundo.
La filosofía política tiene como uno de los temas de estudio los distintos tipos de legitimidad del poder y cómo los estados originariamente legítimas fueron deslegitimándose con el paso del tiempo.
Max Weber hizo un extraordinario estudio sobre la legitimidad del poder y distinguió entre tres tipos de ordenamiento: el carismático, el tradicional y el legal. El ordenamiento carismático es aquél que atribuye al líder una serie de cualidades de carácter sobrenatural ya sean guerreras o de liderazgo político-social porque es considerado descendiente de los mismos dioses. La relación existente entre el líder carismático y sus súbditos se basan en la confianza. El poder ejecutivo es arbitrario pues se concentra en el líder o en su caso en un grupo de personas allegadas al líder. Robert Mugabe, en sus inicios llegó a poseer las características que muy brillantemente Max Weber definió como legitimación carismática. Es lo que en la antigüedad se denominaba con el término areté. Areté significa virtud o excelencia y en este sentido el líder era aquél que tenía areté y que, en consecuencia todos seguían gracias a su capacidad de determinación y de resolución. En esta línea y continuando esa misma línea de pensamiento Nietzsche en su obra La Genealogía de la moral, de 1887, contrapuso dos modelos de moralidad que llamó moral de señores y moral de esclavos. Los señores se identifican con los aristócratas, los fuertes, los poderosos, aquellos que aceptan la realidad y no huyen de la vida, no se someten a nada ni a nadie y pueden diseñar el proyecto de su vida sin rezos ni sometiéndose a la autoridad de otras personas o instituciones. En contraposición, la moral de esclavos es aquella formada por perezosos, débiles, desvalidos que no pueden afirmarse ellos mismos sino que deben someterse a una autoridad inventando códigos morales presuntamente universales.
El segundo tipo de ordenamiento que distinguía Max Weber fue el tradicional: el poder del líder carismático se transmite por herencia a sus descendientes. Y en esto consiste su principal limitación: debe someterse a una serie de leyes que no derivan de sí mismo sino de sus antepasados o de la tradición. Robert Mugabe pretendió transmitir su poder a familiares y amigos pero una ciudadanía cada vez más comprometida y consciente no se lo permitió bajo ningún concepto.
Las personas al comenzar una empresa del tipo que sea desde los escalafones más inferiores, como generalmente tienen poco que perder y mucho que ganar, no tienen miedo y basan sus conductas en la moralidad, o al menos en principios que todos considerarían morales. El tránsito de la pobreza al poder es dulce. Y por ello el tránsito inverso es más amargo si cabe. Sin embargo, el ser humano es un ser en continuo proceso de cambio y de evolución. Nos sorprenderíamos sobremanera si analizáramos nuestros pensamientos o miedos que pudimos tener hace diez años atrás y descubriremos que no tienen nada que ver con los que tenemos actualmente en su mayoría. En ocasiones lo que nosotros pensamos que fue una decisión correcta en el momento en que la ejecutamos en el pasado, hoy en día al pensarlo desde la amplia perspectiva que da la experiencia y el paso de los años, nos damos cuenta de cuan equivocamos estábamos. Sin embargo, hay una serie de principios que una persona íntegra jamás abandonaría: la honestidad, el bien común, la justicia, la razón, la compasión y tantos otros. Pero estas personas que están en condiciones de perder mucho les acaba por importar muy poco estos principios. En esa situación esa persona que ha luchado durante toda su vida por buscar un lugar adecuado para él y los suyos, es frecuente que esté dispuesto a lo que sea para seguir manteniendo aquello que conquistó. A veces no solo por su egoísmo o vanidad sino por aquellos que le pudieran acompañar.
Nicolás Maquiavelo frente al ideal clásico de unión entre ética y política, los separa. Para autores clásicos como Platón y Aristóteles el político debía gobernar con ética, es decir, gobernar siguiendo los principios de la razón y de la justicia. Sin embargo, para Maquiavelo, según esa frase tan famosa que se le atribuye de El fin justifica los medios, considera que los medios, a diferencia de Platón o de Aristóteles no han de ser legítimos sino sobre todo eficaces. Es decir, si queremos triunfar en política debemos ocuparnos de los resultados de lo que hagamos mientras que los medios, independientemente de su carácter moral o no, serán malos cuando no conducen al fin previsto.
Todo ello tiene que ver con un sentimiento de eternidad que nos asola cuando se alcanza el poder. Vivimos la mayoría de la gente invadido por un sentimiento de eternidad que es totalmente falso. Para Robert Mugabe, de acuerdo como Maquiavelo, habría principios morales y virtuosos que no pueden mantenerse porque son estériles para que podamos seguir manteniendo el poder. Y, contrariamente, acciones reprobables moralmente que sí resultan eficaces para el mantenimiento del poder.
Pocos de nosotros reflexionamos de modo serio y pausado acerca de nuestra necesaria finitud y contingencia. Por razones biológicas no podemos durar eternamente y es una tragedia verdaderamente. En el ciclo vital del ser humano hay un período de subida pero también otro de declive que resulta inevitable. Da igual el apego que podamos sentir por el poder y otras cosas materiales que resultan insustanciales y vanagloria.
No solemos pensar que grandes personajes de la historia de la humanidad como Platón, Aristóteles, Newton, Leibniz o Einstein cuyas obras constituyeron grandes hitos en el ámbito del conocimiento hubo un día en que dejaron de existir (aunque realmente sólo en cuerpo porque sus grandes ideas siempre vivirán en nosotros). Si todos estos grandes personajes se fueron, ¿qué razón tenemos nosotros de que seremos más que ellos? Algún día también nos iremos. Es algo evidente que debemos aceptar. No sólo no lo reconozcamos es que ni siquiera caemos en la cuenta. Todo lo que tiene que ver con el declive y la muerte genera mucho temor y no nos gusta hablar de ello. Pero que no nos guste hablar de ello no significa que sea tan real como la vida misma.
El ser humano no es un ser acabado y hecho sino que, como dirían Heidegger y los existencialistas es un proyecto que se va definiendo constantemente con cada una de las decisiones que tomamos en nuestro día a día. ¡Que difícil es ser fiel a nuestro proyecto existencial y tomar decisiones propias! ¡Y qué fácil es echar la culpa a los demás de lo malo que nos pase! Heidegger llamó al ser humano Da-sein que es un ser-ahí que está abocado necesariamente a la muerte. La muerte es la condición de posibilidad de todas las restantes posibilidades de realización del ser humano porque más allá de ella no hay más, ni crecimiento ni decadencia. Hay quienes afirman una vida inmortal, pero independientemente de lo que afirman es una vida que poco tendrá que ver con la que hemos disfrutado desde el momento en que hemos nacido.
Sin embargo, el curso inexorable de los años, la decadencia y muerte de nuestros seres queridos y el nacimiento de nuevas personas que van sustituyendo a las otras puede generarnos en nosotros el pensamiento de nuestra caducidad. Todo esto nos lleva a la siguiente reflexión: no es necesario resistirnos a las cosas que nos pasa porque nos resultan inevitables, desde la sabia aceptación de lo que nos pasa y de nuestra propia finitud podemos llegar a alcanzar la serenidad del ánimo y la aceptación de nuestra finitud. Llega el momento en que resistirse a lo que nos pasa, ya sea infringiendo principios que hemos considerado inevitables no sirve de nada. ¿De verdad es preferible gozar de un poder, que por definición siempre es temporal y poco duradero, infringiendo principios esenciales para el desarrollo y la convivencia humano?
Max Weber distinguía finalmente el ordenamiento legal: la autoridad se encuentra en la misma ley y no ya en los gobernantes. Es más, los gobernantes deben su citación de poder por mecanismos que han sido establecidos legalmente. Locke ya llamaba la atención en su Ensayos sobre el gobierno civil sobre la necesidad de que el poder legislativo y ejecutivo recayeran en personas distintas porque si esto no sucediera seguramente adaptarían las leyes a su propio interés. Esta ley se distingue de las costumbres o usos sociales cuyo incumplimiento no será perseguido. Sin embargo cualquier acción ciudadana que sea contraria a la ley será perseguida  y sancionada. Este modelo jurídico exige una capacidad técnica avanzada: la existencia de jueces, abogados, peritos… Es necesario para evitar riesgos de prevaricación y conflictos de intereses una distinción entre el patrimonio privado de los administradores y el patrimonio público que administran. Es necesario que haya códigos registrados en los que se recojan por escrito el contenido de las leyes para que éstas puedas ser consultadas, revisas y en su caso revisados. También deben existir administraciones jurídicas que controlen el poder y puedan evitar cualquier arbitrariedad.
Seremos recordados en el futuro por las generaciones venideras por lo que hicimos en vida. No puede ocurrir que algo temporal que deseemos con total intensidad  nuble nuestra visión de las cosas haciendo que prescindamos de los valores que hacen noble y grande a una persona: la imparcialidad, la honestidad y la integridad moral. Todos tenemos fecha de caducidad. Es nuestro destino. No seremos más que las gentes que ya se fueron. No nos engañemos y aceptemos esa realidad, nos guste o no.