Tenemos aquí el retorno de Night Shyamalan al Olimpo del mundo
cinematográfico, con una obra que llega a estar entre lo mejor de su
filmografía, después de una serie de productos muy decepcionantes. Se trata
particular de un regreso a los orígenes de su cine. Y recordemos que Shyamalan
fue un director laureado en sus inicios a través de películas como El sexto sentido, El protegido, Señales e
incluso El Bosque, una obra tan
incomprendida como recomendable. Seguramente fue El Protegido donde Shyamalan realizó su mejor obra. Se trataba de
una muy buena película acerca de la desmitificación y la humanización del superhéroe.
Después llegarían películas como El
incidente, La joven del agua donde
el director bajaría su nivel cinematográfico pero todavía podíamos atisbar su
sello personal. Sin embargo en películas como Airbender o After Earth
fueron sendos fracasos comerciales y artísticos donde el director perdió su
norte cinematográfico.. Cabría pensar por entonces que los días de esplendor de
este gran director ya habían pasado pero su talento volvió a atisbarse con La visita, de 2015 pero será con ésta de
Múltiple del año 2016 donde vuelve a
la senda del éxito de manera definitiva. Se trata de una película de suspense, terror y acción muy
entretenida, además, de gran calidad de imagen, muy propio de este director, y
grandes interpretaciones, especialmente la del protagonista James McAvoy. Es
una gran noticia para todos los aficionados al cine, en particular para los
seguidores del director. El valor cinematográfico de esta obra trasciende al
hecho que pudiera ser enmarcada bajo el sello Shyamalan con finales
sorpresivos, el tema de las personalidades múltiples o que tenga un actor muy
en boga como James McAvoy. Más allá tenemos bastantes elementos que hacen de la
película una obra bastante atrayente: en primer lugar porque la cinta vuelve un
poco al aroma del cine de los años ochenta y noventa del tipo Días extraños, Seven o Matrix, un tipo
de cine alejado al que se hace hoy en día basado en los efectos especiales, en remakes
o secuelas que, dicho sea de paso, ponen de manifiesto una falta alarmante de
ideas. Se trata de una cinta de bajo presupuesto de unos nueve millones de
años. Night Shyamalan vuelve a ser ese gran director de actores que fue, muy cuidadoso
con los aspectos técnicos de sus películas, dejando siempre una calidad de
imagen sobresaliente. Recordemos que con él han brillado actores como con Mel
Gibson en Señales, Bryce Dallas
Howard en La joven del agua o Bruce
Willis en El sexto sentido y El Protegido. En el caso Múltiple tenemos como actor principal a
James McAvoy cuya interpretación del personaje de Kevin con trastorno de
identidad disociativa (con veinticuatro personalidades) es impresionante. Cada
una de las personalidades que interpreta parece una persona independiente. El
actor inicialmente elegido para interpretar a Kevin era Joaquin Phoenix, el que
tres años después interpretaría de modo brillante a Joker. También aparece la actriz Anya Taylor-Joy, que ya aparecía
en la película de La bruja, que demuestra
ser una grandísima actriz. También destacará Betty Buckley que interpreta a una
doctora que evalúa a Kevin y a sus personalidades.
El argumento de la cinta gira en torno a al personaje que interpreta McAvoy,
Kevin, que padece de trastorno de personalidad múltiple. Secuestra a tres
chicas a la salida de un supermercado, después de drogarlas y dormirlas, encerrándolas
en una casa. El trastorno de personalidad múltiple es algo que ha sido traslado
antes al cine, por ejemplo en la notable Identidad
de James Mangold, con John Cusack y Ray Liotta. A pesar de lo fantástico que
pudiera resultar, este trastorno está perfectamente documentado en el campo de
la ciencia: hay personas que al estar sometidos a fuertes episodios de estrés,
especialmente siendo niños, sufren una fragmentación de su psique dando lugar
al nacimiento de múltiples personalidades dentro de un mismo sujeto. Esto
induce al propio organismo a entender que tiene más de una persona viviendo en
un mismo cuerpo, de modo que dependiendo de la persona que esté habitando en un
momento en ese cuerpo bioquímicamente actuará de modo distinto. Parece que es
el propio cerebro el que es capaz de condicionar las propias hormonas y las
respuestas químicas del organismo para condicionar al cuerpo a estar
susceptible bajo el dominio de una personalidad u otra.
Distinguimos entre varias tramas argumentales en la cinta: la relación
entre el secuestrador con sus víctimas; el papel de
Anya Taylor-Joy y su pasad; la relación
entre Kevin y la psicóloga que la trata; la llegada de
la bestia. Por tanto, la película guarda muchas más sorpresas de las que inicialmente
el espectador podría esperar, independientemente sobre qué le pasará al
protagonista o si las chicas escaparán o no. No sólo aborda el rapto de las
chicas por parte de ese villano sino también conocer qué tipo de trastorno padece
el protagonista a través de las escenas de charla con la doctora. Quizás podría
parecer que la historia de la psiquiatra pudiera estar un poco desconectada respecto
a la trama argumental cuyo propósito no sería otro que la de informar al
espectador sobre el trastorno que sufre el protagonista También vamos a conocer
el personaje de Anya Taylor-Joy con una serie de flashbacks, muy bien puestos a
lo largo del metraje, que inevitablemente aportan un interés si cabe mayor a la
película a nivel argumental.
Como hemos señalado antes, la interpretación de James McAvoy es
impresionante: cómo se mueve, los cambios de entonación de voz (hemos de
reconocer la gran labor del actor de doblaje al castellano), con momentos muy
graciosos como cuando surge la personalidad del niño de nueve años que habita
en su mente. El atento espectador puede adivinar con una simple mirada o
movimiento qué personalidad está presente. Todo ello es gracias al gran trabajo
de McAvoy. De hecho, en una escena de la película se muestra cómo el personaje interpretado
por Anya Taylor-Joy encuentra grabaciones en el ordenador de cada una de las
personalidades.
Respecto a la chica protagonista, papel interpretado por Anya Taylor-Joy,
debemos señalar que, como va revelando la cinta a lo largo de unos flashbacks,
que vive atormentada por su pasado y que incluso llega a desarrollar un cierto
síndrome de Estocolmo. En el fondo los dos personajes protagonistas tienen en
común el hecho de haber vivido una infancia turbulenta.
La película está ambientada en Filadelfia, pero sobre todo está rodada en
interiores. En este sentido saca gran partido de los planos, las tomas y la
fotografía en general. Encontramos planos muy cerrados en los que se transmite
una gran claustrofobia. El director sabe jugar con la iluminación para ayudar
al espectador a identificar su estado de ánimo. Otro elemento a destacar es la
recreación de espacios cerrados: cada habitación posee todo tipo de elementos posibles,
como si representara el caos de la mente del protagonista. Todo ello es mérito
de Shymalan que sabe perfectamente aprovechar los pocos recursos de los que
disponía en una película con un presupuesto de nueve millones de dólares. Parece
como si el director quisiera alejarse de los grandes presupuestos para impedir
que los estudios pudiesen hacerse con el control creativo de la película. Y
aquí lo hace con indudable gran éxito. La película no carece de escenas
violentas, a veces muy salvajes. El espectador consciente encontrará guiños a
otras películas de Shyamalan como, por supuesto, El Protegido, El sexto
sentido (la psiquiatra), o volvemos a tener personas ancianas como La visita. Hay momentos de terror verdaderamente
intensos. No trata en ningún momento de buscar el tipo de susto fácil como es
habitual en muchos pseudoproductos de terror que vemos constantemente en las
pantallas de nuestros cines. Sabe crear tensión y miedo en el espectador a
veces con una simple mirada. A veces la película tiene un componente
sobrenatural muy propio del director. Para los que conocemos a Shyamalan,
sabemos que es un director que suele tratar temas de fantasía y lo paranormal.
De hecho, la última personalidad de Kevin es la bestia, un monstruo con
capacidades sobrehumanas. Pero en el fondo lo que vemos es una persona desquiciada.
Pero la sorpresa que aguarda el final pone de manifiesto el enorme talento
de ese director. La película dura aproximadamente dos horas y será en los
últimos momentos donde descubramos todo el entramado argumental. Al final
descubrimos que Múltiple comparte el
mismo universo que El Protegido. En
una cafetería, mientras varias personas comentan la noticia del secuestro de
varias chicas por un perturbado, una señala que es como el caso de aquella
persona que encerraron años atrás hospital y que no recordaba su nombre. De
repente el personaje interpretado por Bruce Willis dice que su nombre era Don
Cristal, el villano de El Protegido,
una de las primeras películas de Shymalan. Bruce Willis en El Protegido era un superhéroe que tenía como punto débil el agua a
partir de un trauma del pasado en el que casi moría ahogado. En Múltiple, el villano tiene como punto
débil el trauma ocasionado a partir del maltrato de su madre. Recordemos que el
título original de El Protegido era Unbreakable, algo así como irrompible. Por
su parte, la película Múltiple tiene
como título original Split que es
algo como roto o fragmentado. Esto quiere decir que el personaje de Bruce Willis
es el irrompible, el fuerte o el héroe y el de James McAvoy es el roto o el
fragmentado. Sorprende sobremanera que todo espectador que se haya acercado a
ver esta película desconocía la conexión con El Protegido. Y la película como producto independiente funciona muy
bien. Y todo aquél que no haya visto El
Protegido la va a entender igual, Pero en el fondo es una especie de
secuela encubierta de El Protegido. Y
no era nada fácil pues ya habían pasado varios años del estreno de esa
película, que pasó un poco desapercibida en su momento. La película cuenta el
nacimiento del gran villano al que tendrá que combatir el personaje de Bruce
Willis de El Protegido. Para conocer
el desenlace de la historia el espectador tendrá que ir a ver Glass que es otra grandísima película de
Shyamalan.