viernes, 24 de enero de 2020

Crítica de Joker, de Todd Phillips.


Joker es una película perteneciente al género fantástico, dirigida por Todd Phillips, y protagonizada por Joaquin Phoenix en el papel de Joker,  Robert de Niro, en el papel de Murray Frankly y Frances Conroy en el papel de Penny, madre de Joker. Trata la génesis del enemigo de Batman, Joker. Según cuenta la película, Joker es Arthur Fleck en un principio, un joven que padece serios trastornos mentales y que vive con una madre profundamente inestable. En el cómic La broma asesina de Alan Moore ya se presentaba un origen y al final de la historia el propio Joker decía que cada vez que recuerda su origen lo hace de un modo distinto. Esta película se toma la libertad, siguiendo en esto a La broma asesina, de presentar el origen del personaje de modo un poco ambiguo, que podría ser verdadero o no. No es una obra positiva ni optimista ni mucho menos sino muy desgarradora, incluso desagradable que lleva al espectador a indagar las oscuras profundidades del alma atormentada de ese ser llamado Joker para poder comprender qué se rompió en él para convertir en el señor de la anarquía y del caos. Es una reflexión sobre la violencia de la sociedad y como ésta puede hacer engendrar monstruos, como por ejemplo Joker. El resultado de la película es muy positivo, con unos personajes atormentados con unos conflictos internos que cogen por dentro al espectador y que nos conmueve de manera irremediable. Se encuentra Joker sin duda alguna entre lo más destacado de la cosecha cinematográfica del año 2019, junto a Erase una vez en Hollywood de Quentin Tarantino. y El Irlandés de Martin Scorsese. De hecho, la película ha sido nominada hasta a once Oscars, además de ser premiada en el festival de Venecia.
La película recoge todos los rasgos definitorios del personaje de Joker, incluida su inquietante risa como su filosofía nihilista, y explica cómo el protagonista llega a semejante situación. Tiene claros paralelismo con lo que realizó Christopher Notan con Batman Begins pues narra de la forma más realista cómo un hombre normal con sus miedos y demonios interiores podía llegar a ser Batman. Joker es una película muy cuidada desde un punto de vista visual y narrativo y que está muy por encima de todo lo que había hecho hasta entonces Todd Phillips. De hecho, Todd Phillips es aquí un descubrimiento, o al menos para el que escribe esto. Sus únicas credenciales en el mundo del cine hasta entonces fue la serie de películas de Resacón en las Vegas, que si bien es cierto que dicha película estaba muy cuidada desde un punto de vista visual, poco podía esperar que el director evolucionase hasta alcanzar la brillantez de la película que nos ocupa. Pero es más habitual de lo que podemos suponer en una primera aproximación. A veces ocurre que muchos grandes artistas para ir ganando peso en la industria del cine hicieron películas mediocres en los que no podía manifestar su enorme talento. Hasta que le llegó la película adecuada. Igual ocurrió a Francis Ford Coppola que empezó trabajando en películas de serie b de Roger Corman por ejemplo Dementia 13, hasta que su enorme talento se puso de manifiesto con El Padrino.
Joker se cimienta en referencias a muchas películas, de modo especial al cine de Martin Scorsese. Hay quienes han criticado ese aspecto, aunque sin fundamento. Pero para aquél que esto escribe lejos de ser un defecto es toda una virtud. La película de Joker lejos de copiar la personalidad de las muchas referencias en las que se basa presenta una personalidad muy propia. Pero algo muy habitual no solo en el mundo del cine, sino en música y en todas las artes en general. Lo mismo hace Quentin Tarantino con sus películas que incorpora a su propia visión otras referencias cinematográficas sin el menor pudor. Hemos señalado que el cine de Scorsese está muy presente en Joker. De hecho, Scorsese estuvo involucrado al principio en el proyecto de Joker en labores de producción, que posteriormente abandonaría. En este sentido, la presencia de Robert de Niro en la película puede entenderse como un efecto de lo anterior. Los guiños a Taxi Driver, del año1975 y El rey de la comedia de 1982 son constantes en la película. La película de Taxi Driver, mostraba una ciudad muy sucia a todos los niveles, con altos índices de criminalidad y explicaba cómo de toda esta podredumbre surgía el personaje Travis interpretado por Robert de Niro, una especie de salvador. Aquí, Joker asume la esencia de Taxi Driver, pues se ubica en una ciudad destruida física y moralmente y cómo a partir de aquí surgía el personaje de Joker. Es una sociedad inhumana que trata constantemente de humillar al protagonista. Uno de los méritos de la película es que siendo una ciudad tan real, como cualquiera que podamos encontrar en nuestro mundo, es también Gotham. Tiene todo el sentido del mundo que en un mundo así surja personajes como Joker o el propio Batman. También está muy presente El rey de la comedia, concretamente el tema de cómo él proyectaba imaginativamente lo que a él le gustaría vivir. Todo eso lo utiliza para una película que tiene, como hemos señalado antes, una personalidad propia y que cuenta su propia historia.
La película es también deudora del cine de la década de los setenta que era un tipo de cine muy combativo socialmente. Esta película denuncia la deshumanización en la que cae la sociedad y cómo maltrata a sus habitantes. Arthur era una persona cuyo sueño era hacer feliz a la gente. Pero es la sociedad la que acaba empujando a Arthur hacia la locura y el crimen. Es lo que le describió Stanley Kubrick con La naranja mecánica, que se llegó incluso a prohibir en el Reino Unido pues se consideró que el director estaba haciendo apología de la violencia. Lo cual no es cierto porque el protagonista de la película era un joven que le apasionaba Beethoven y se reflexiona sobre el hecho de que si el protagonista hubiera vivido en otra sociedad con otro tipos de valores, quizás habría tenido un camino distinto. Igual pasa con Arthur en la película de Joker. La película presenta mucho de William Friedkin,  en concreta de la escena de las escaleras de El exorcista,  que prácticamente constituyen una imagen icónica de la misma. En Joker las escaleras revelan el estado de ánimo del personaje protagonista: cuando las sube presenta un carácter deprimido y decaído; por el contrario, al subirla, se manifiesta una estado de euforia y confianza. Tiene mucho también de French Connection, especialmente del retrato que hace de las calles de la ciudad, presentando todo mucha veracidad y realismo.
La película incide en la ambigüedad de forma consciente, por ejemplo cuando en ningún momento llega realmente a aclarar si Thomas Wayne es el padre o no de Joker y en consecuencia hermanastro de Batman. Para el espectador de la película puede resultar atractivo suponer que Batman y Joker sean hermanos, aunque no tanto para los seguidores fieles al cómic. Se deja abierto el interrogante en cualquier caso. Después de visionar la película, es muy legítimo pensar que Arthur es hijo de Thomas Wayne, por mucho que se presente a la madre de Arthur como una mujer trastornada psicológicamente y que estuviera internada en un psiquiátrico. Podría haber ocurrido que Thomas Wayne lo hubiera planeado todo. Además, es muy extraño que la mujer adoptara un niño cuando estaba en plena relación con Thomas Wayne. Podría ocurrir que la adopción fuera un documento falso creado Thomas Wayne. La ambigüedad presente en la película provoca que ambas interpretaciones sean correctas. El encuentro entre Thomas Wayne y Joker se produce en un cine donde se está proyectando la película Tiempos modernos de Charles Chaplin. Es una escena rodada con suma maestría: Joker entra él en el cine y empaliza rápidamente con Chaplin. Respecto al encuentro entre Joker y Bruce Wayne, el futuro Batman es bastante elocuente. El destino de ambos personajes está unido de manera irremediable.  Hay quienes han criticado esta película refiriéndose a que la película podría haberse llamado de otra manera y el mensaje de la misma habría variado. Pero esta interpretación no es correcta. La película cuenta la historia de Joker y solo de Joker  a partir de su relación de interdependencia con el futuro Batman. En el encuentro entre ambos, Joker intenta que Bruce Wayne sonría porque es un niño con un semblante muy serio. Y en el caso de que Joker y Batman fueran hermanos realmente tendría muchas implicaciones. Uno sería el hijo legítimo y el otro el no legítimo separados por una reja. Ahí se encuentra la dualidad entre Batman y Joker, al que nos referiremos más adelante.
La interpretación de Joaquin Phoenix de ese ser atormentado llamado Joker resulta espectacular, al igual que su carcajada. El personaje de Arthur va evolucionando hasta convertirse en Joker. Es cierto que no será hasta el final de la película cuando se manifieste Joker en su totalidad. Para ser el Joker Arthur necesita cortar con todas las figuras paternas y los vínculos que tiene con su realidad anterior: su madre y sus figuras paternas que son Thomas Wayne y Murray Franklin. Arthur creció sin un padre y necesita una figura paterna que identifica con Murray en primer lugar y luego con Thomas Wayne. A poco de comenzar la película hay una secuencia en la que se imagina que Murray le dice le habría gustado tener un hijo como él. Y será en ese momento en el que Murray queda marcado como figura paterna. Igual ocurre con Thomas Wayne que la película deja indicios evidentes de que pudiera ser realmente su padre.
Hay una escena en el vagón de metro que finaliza con el asesinato de tres personas por parte de Joker, y ya aquí empezamos a vislumbrar a Joker, aunque todavía sigue siendo Arthur.  La escena está excelentemente rodada donde la tensión se palpa en el ambiente y que va aumentando en la medida en que Joker ríe. Es el momento en que el espectador puede incluso a llegar a empatizar con Arthur. En principio mata a unas personas en el vagón de metro en defensa propia pero se trata de una defensa propia desmedida. Pero, cuando uno de ellos se escapa, y Arthur, ya no en caliente, va detrás de él, incluso calculador escondiéndose detrás de la puerta para ver sí sale. Ya no es posible sentir ninguna comprensión por el protagonista porque acaba matando a sangre fría.
Otra escena en la que se da un paso hacia Joker fue la del asesinato de su madre. Y resulta un giro inesperado para los espectadores pues habría cabido esperar otras opciones narrativas: lo previsible sería suponer que moriría por la enfermedad y esto le sumergiría en la depresión y que culparía de la situación a otra persona. Sin embargo, este giro sorpresivo tiene sentido en la medida en que la madre le ha decepcionado. Y la madre es una de los últimos vínculos que tiene con el viejo Arthur.  La madre de Arthur está obsesionada por Thomas Wayne, candidato a la alcaldía de Gotham. Revisando unas cartas, Arthur concluye que su madre mantuvo una relación con Thomas Wayne y que él es fruto de esa relación. Por tanto, el padre que nunca conoció resulta que es el hombre más rico de la ciudad. Finalmente parece  indicar la película que Thomas Wayne no era realmente su padre. 
Destacamos  la escena del show de Murray Franklin. Es el momento en que Arthur es casi Joker y donde se libera de modo pleno. Anteriormente se había mostrado a Arthur a punto de suicidarse metiéndose en una nevera. Sin embargo, la llamada repentina de una compañera de Murray para que asistiera a su programa le da esperanzas. Es curioso que lo primero que planea Joker es suicidarse en directo, hasta que de repente descubre que ese nihilismo en el que ha caído es lo que da forma a la otra personalidad que tiene dentro de sí que es el Joker. Joker cambia de opinión, concretamente cuando coge su libro de chistes y lee aquella frase en que señala que espera que su muerte tenga más sentido que su vida. Entonces se preguntará qué sentido tiene morir en ese momento. La escena es todo un duelo interpretativo entre Joaquin Phoenix y Robert de Niro. Parece que Murray se reviste de Batman y trata de quitar justificación pero al final Joker se lo rompe todo cuando le recrimina que él le ha traído aquí para reírse de él. Es una escena muy bien construida y termina por dar un sentido completo a la película. La fuerza de la escena es el dolor y la rabia de Joker y cómo lo concentra en el discurso que comunica. Todavía en el show, aparecen ciertos rasgos de Arthur, pues casi llorando recrimina a Murray que éste le haya traído para reírse de él. Esta vulnerabilidad es propia de Arthur y que luego no lo va a tener Joker.  Este discurso de Joker a Murray enlaza perfectamente  con el que le suelta Joker a Dos Caras en el hospital en El Caballero Oscuro: ¿Por qué la sociedad establece cuando algo es gracioso o no, o cuando es bueno o malo?
Un guiño a El Caballero Oscuro es la escena del accidente que supone el renacimiento de Arthur pero esta vez como Joker de modo completo. Pero el plano dentro del coche de policía tiene una gran reminiscencia a Heath Letger. El propio Phoenix señaló en diversas entrevistas que durante el rodaje de la película tenía muy presente a Heath Letger. Es muy habitual tanto en el cine como en la literatura que sólo es posible alcanzar una transformación plena cuando el protagonista por una experiencia próxima a la muerte. En el accidente los manifestantes sacan a Joker como si hubiera muerto. Pero cuando él despierta será aclamado, y es en ese momento cuando nace Joker. Es una escena que se desarrolla de modo simultáneo con el asesinato de los Wayne. De este modo nacen Joker y Batman como fuerzas enfrentadas e íntimamente ligadas. Joker ha sido el responsable indirecto de la muerte de los padres de Bruce Wayne. En Batman Begins Christoper Nolan presentaba a Thomas Wayne como un personaje  responsable y positivo. Sin embargo, en Joker ocurre lo contrario, aunque haya que tener en cuenta que la película está contada desde el punto de vista de Joker. Es más, Thomas Wayne llama payasos a los habitantes de la ciudad. Pero la sociedad que se describe tanto en Batman Begins como en Joker es la misma y los hechos narrados idénticos: los Wayne fueron asesinados por la desigualdad que se produjo. No son películas lejanas pues ambas describen los mismos síntomas sociales, aunque uno asuma la perspectiva del héroe y, por tanto, tendrá un enfoque más positivo y la otra sobre el villano, que tendrá un enfoque más negativo.
Joker simboliza el nacimiento de tragedia en la ciudad de Gotham. En Joker se nos muestra una génesis completa de la figura de Joker: su familia, la relación con su madre, con los vecinos, su trabajo. Es un ciudadano como otro cualquiera, no es un millonario, ni un científico pero se encuentra sometido a la explotación de la sociedad que acabará desencadenando en el surgimiento de Joker.
Joker es la antítesis pura, pura contradicción y que se manifiesta de modo palpable, entre otros aspectos, en la  risa. La carcajada de Joker es una mezcla entre reír y llorar, como si llorara riendo. Y esto le da un tono dramático y oscuro a la película. Observamos que a partir de esta enfermedad no puede socializar, se ríe a carcajadas en situaciones inoportunas y lo hace con gran intensidad y que descoloca al espectador. Esto provoca el aislamiento de Arthur respecto a la sociedad. Hay una secuencia en un autobús en el que Arthur a modo de tarjeta explica a una señora su enfermedad. El asilamiento en el autobús del personaje es palpable. El resto de personajes quedan en las sombras. Joker rompe el orden que está establecido e introduce el desorden y en consecuencia el miedo porque no sabemos a qué atenernos. Como dijo Heráclito la esencia de la realidad es el cambio permanente, el enfrentamiento y la lucha entre elementos contrarios donde la realidad no tiene ninguna identidad y si lo tiene es meramente transitoria. Si queremos establecer un orden dentro del caos acabará en la destrucción más absoluta. David Fincher en la película El Club de la lucha desde el momento en que intenta establecer un orden a través del proyecto Mayhem será precisamente cuando comenzará a desestructurarce. La esencia de Joker es el caos pues no le podemos dar forma, al igual ocurría con la película de John Carpenter La cosa. Pero la antítesis de Joker es Batman. Batman es siempre un hombre enmascarado que intenta dominar el caos. Gotham es el ámbito donde se produce el encuentro entre el orden y el caos. Igual ocurre con la naturaleza que impone sus reglas y engendra el caos pues destruye aquellos que creemos que es un orden. En la misma filosofía presocrática se trataba la lucha entre elementos contrarios en el mismo Heráclito, en el pitagorismo o en Anaximandro. De igual modo no podemos entender a Joker sin Batman, ni Batman sin Joker. La ciudad de Gotham tiene un orden, pero desde el momento en que se introduce el caos, el orden desaparece. Esta sucesión bipolar de la realidad resulta incómoda y siempre inconclusa pues una tensión permanente. Nos equivocamos cuando pensamos que la realidad tiene un orden. Necesitamos encontrar un orden y una estabilidad que nos oriente, pero sería una mera ilusión. Todos nosotros nos encontramos sometidos al caos, por ejemplo, cuando sufrimos una enfermedad o tenemos un accidente. Hasta el propio Bruce Wayne necesita del caos. En el cómic Año 1 de Frank Miller, Bruce Wayne tiene la visión del murciélago. Desde entonces quiere establecer un intento de orden. En La broma asesina es donde vemos a Bruce Wayne realmente sonreír cuando precisamente Joker cuenta un chiste. En cierta medida Joker y Batman son la misma persona. Y todos nosotros participamos de esta contradicción. Llega un momento en que necesitamos penetrar en nosotros mismos y contemplar nuestros demonios interiores, pues dentro de nosotros a Joker. A veces necesitamos rastrear nuestros miedos internos pero con sumo cuidado, pues como Nietzsche afirmó en Así habló Zaratustra que si miras fijamente al abismo, el abismo te devuelve la mirada.