sábado, 25 de diciembre de 2021

Pesadilla en Elm Street V (1989), de Stephen Hopkins.

Pesadilla en Elm Street V constituye una muestra más de la decadencia de la famosa saga sobre el personaje de Freddy Krueger. La primera fue una impactante película que sentaría las bases de la mitología de Freddy Krueger. La segunda entrega supuso una pequeña decepción, aunque compensada con una muy buena tercera entrega. La cuarta entrega fue una cinta parcialmente fallida en la que el personaje de Freddy comenzaba a perder su elemento terrorífico por un mayor elemento cómico. Esta entrega que analizamos posee una muy baja calidad cinematográfica. Quizás sea la peor de la saga: carente de ritmo, muy repetitiva, fundamentalmente con la cuarta entrega, donde ni siquiera destacan las muertes de sus personajes, a diferencia de las otras entregas.

La película retoma el persona de Alice que vive feliz con su marido esperando el nacimiento de su hijo. Sin embargo, Freddy Krueger aparecerá de nuevo con la intención de apoderarse del alma del hijo. Como novedad, en esta cinta Freddy no mata a través de los sueños de cada uno, sino a través de una persona que todavía no ha nacido.

Respecto al reparto, nada destacable, ni los principales ni los secundarios sobresalen de manera especial a través de unos personajes desdibujados y carentes totalmente de carisma. Siguiendo la línea de la cuarta entrega, el personaje de Freddy despliega su vena más humorística. El guión es muy pobre y ni siquiera los efectos especiales me llegan a convencer, a diferencia de lo que había sucedido con las anteriores entregas.

El niño de los sueños carece de intensidad y de angustia respecto a sus predecesoras, siendo una tremenda decepción incluso para los más fanáticos del personaje pues todo se vuelve aburrido, insustancial y carente de valor cinematográfico. La película fue estrenada un año después del estreno de la cuarta entrega, lo que pone de manifiesto que no hubo un tiempo suficiente para realizar una historia innovadora. Justamente por ello está muy unida a la cuarta entrega, pero mucho peor, rutinaria y repetitiva.

Todo ello a pesar de contar una historia a priori interesante y que suponía una novedad respecto al resto de la saga como era usar los sueños de un niño aún por nacer para acceder a sus víctimas. Pero la cinta no va más allá de esta premisa inicial para quedar estancado y acabar desarrollando ciertos tópicos de la saga que pueden resultar llamativos desde un punto de vista visual, pero que falla por lo pobre de su guión. Su entramado narrativo es prácticamente nulo, con unos diálogos absurdos hasta el punto que lo único que puede levantar la película son las gracias de Freddy Krueger.

El director de la cinta es Stephen Hopkins que procedía del mundo de la publicidad, aspecto que se refleja perfectamente en la cinta a través movimientos de cámaras, colores diversos y ángulos imposibles. Está lejos de ser su mejor obra, aunque posteriormente se redimiría con algunos títulos excelentes del cine de acción como Depredador II (1990) con Danny Glover, Volar por los aires (1994) con Jeff Bridges y Tommy Lee Jones y Los demonios de la noche (1996) con Michael Douglas y Val Kilmer.

En definitiva, esta quinta entrega de la saga Freddy Krueger podía haberse aprovechado más pues la premisa argumental de la película resultaba interesante. Esta decadencia que caracteriza a la saga de Pesadilla en Elm Street también ocurrió en otras sagas como La matanza de Texas, La noche de Halloween y Viernes 13. Nada o muy poco se puede destacar de esta cinta..



 

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