lunes, 26 de julio de 2021

Pesadilla en Elm Street II: la venganza de Freddy (1985) de Jack Sholder.

 

Pesadilla en Elm Street II de Jack Sholder fue estrenada un año después de la primera entrega pero fue bastante mal recibida tanto desde la crítica especializada como del público en general. Los productores, seguramente ávidos de dinero fresco, quisieron repetir el éxito de Pesadilla en Elm Street en una secuela que en buena parte no respeta el espíritu de la cinta original. El equipo de realización demostró gran torpeza al no saber apreciar las grandes posibilidades argumentales del personaje Freddy Krueger en torno al mundo de los sueños. Lo más atractivo de la cinta original era la relación de Freddy Krueger con el mundo de los sueños y era esto lo que distinguía Pesadilla en Elm Street de cualquier otro producto slasher al uso. Este elemento fue lo que convirtió a Freddy Krueger en un icono del cine de terror situándolo al mismo nivel de otros grandes personajes cinematográficos como Norman Bates de Psicosis (1960), Leatherface de La matanza de Texas (1974) Michael Meyers de La noche de Halloween (1976) y Jason de Viernes 13 (1980). Sin embargo, sorprendentemente, los guionistas de Pesadilla II sin ningún tipo de escrúpulo ni pudor desecharon esta idea de explorar el mundo de los sueños y decidieron que Freddy Krueger tenía que ir al mundo real. También la ausencia del director Wes Craven, que se desentendió directamente del proyecto, limitó bastante la calidad cinematográfica de un producto que acabaría siendo muy rutinario y donde no nos ofrece ninguna pista acerca del origen de Freddy Krueger. La cinta se aleja de la mitología creada en la primera parte y que sólo posteriormente se pudo reparar con la realización de Pesadilla en Elm Street III: los guerreros del sueño con Wes Craven ejerciendo de guionista y de productor. Esta Pesadilla II es considerada por muchos críticos y aficionados como la peor película de la saga, aunque pienso que seguido muy de cerca por la quinta y la sexta entregas. La elección de Jack Sholder, desprovisto del talento de Wes Craven, como realizador tampoco resultó acertado, a pesar de haber debutado en el cine con una cinta titulada Sólos en la oscuridad (1982) protagonizada por Jack Palance que a día de hoy es considerado un título de culto del cine de terror. En definitiva, la cinta acabó convirtiéndose en un producto muy diferente del que los seguidores de la primera entrega hubieran esperado.

Como he señalado antes, el pecado capital de la cinta fue prescindir de las características que habían definido a Freddy Krueger en la cinta anterior. Con ello, seguramente los productores y guionistas pretendieron innovar en el personaje de Freddy Krueger trayéndolo al mundo real, cuando en realidad la primera entrega todavía tenía enormes posibilidades argumentales que explorar. Realizar una segunda entrega siempre es más complicada que la primera, y más en este caso de Pesadilla en Elm Street que había gozado de gran éxito artístico y comercial. El gran inconveniente de la cinta no es la película en sí misma, que perfectamente podría pasar por una cinta decente dentro del género de terror ochentero, sino precisamente en ser la continuación de Pesadilla en Elm Street. Los seguidores del personaje esperaban una mayor continuación entre la primera y la segunda entrega. En Pesadilla II apenas existen vínculos con la historia ni con los personajes de la primera entrega, a excepción de la casa donde transcurrieron los hechos en la primera entrega donde los protagonistas encuentran un diario escrito por Nancy, la protagonista de la primera película, relatando su experiencia terrorífica con Freddy Krueger.

Pesadilla II contradice varios aspectos de la cinta original y que lo convierte en una cinta muy distinta a lo que sería el resto de la saga. En la primera entrega nadie podía ver a Freddy excepto en el mundo de los sueños ¿Qué necesidad había en esta segunda entrega de hacer que Freddy Krueger abandonara su hábitat natural para conquistar el mundo real? Con este cambio de guión se eliminaba el gran atractivo del personaje de Freddy Krueger sin ninguna razón de peso.

¿Qué podemos destacar de esta cinta? Hay que reconocer de todas formas que su intención era inicialmente innovadora pero acabó por constituirse en un punto de ruptura. En Pesadilla II Freddy necesita de un cuerpo para iniciar el tránsito desde el mundo onírico de los sueños hasta el mundo de la vigilia y, de este modo realizar su venganza, tal como reza el título del filme. El guión nunca acaba de convencer muy centrada en la idea de la posesión. No hay giros argumentales ni diálogos o frases que puedan permanecer en la memoria colectiva de los espectadores. La banda sonora tampoco resulta destacable. La estética de la cinta resulta basta similar a la de la primera entrega, quizás un poco más colorido, lo cual repercute negativamente en la ambientación de la cinta. En definitiva, se trata de la típica película ochentera de terror, famosa por ser la secuela de la primera Pesadilla pero que se queda perdida en una producción de pobre guión.


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