sábado, 9 de abril de 2022

Noche de miedo (1985), de Tom Holland.

Uno de los grandes títulos de los ochenta, una cinta que rezuma en cada uno de sus poros terror con grandes dosis de humor, con buenas actuaciones por parte del elenco de actores, con momentos delirantemente divertidos y que a pesar del tiempo transcurrido desde su estreno es un producto que a día de hoy no ha perdido un ápice de interés, Noche de miedo tiene el aroma de esas viejas cintas de video-clubs que la gente alquilaba en la década de los ochenta y noventa tomando como única referencia la portada del vhs. Se trata de un mundo muy alejado del que vivimos hoy en día tan saturado como nos encontramos de información a través de las redes sociales, Internet o televisión. La película gira en torno al personaje Charley Brewester, interpretado por un joven William Ragsdale, un gran aficionado al cine de terror que está plenamente convencido de que su nuevo vecino ,llamado Jerry Dandridge e interpretado por Chris Sarandon, es un vampiro y responsable directo de varios asesinatos cometidos en la ciudad. Ni su madre, interpretada por Dorothy Fielding, ni su novia, interpretada por Amanda Bearse, ni su amigo, interpretado por Stephen Geoffreys, le darán la más mínima credibilidad al asunto.

Se trata de un cine muy ochentero en el que el terror y la comedia van de la mano dando lugar a un producto muy disfrutable, muy en la línea de otros títulos de la época como Un hombre lobo americano en París (1981) de John Landis, Gremlins (1984) de Joe Dante, Los cazafantasmas (1984) de Ivan Reitman, De pelo en pecho (1985) de Rod Daniel, Reanimator (1985) de Stuart Gordon, Ghoulies (1985) de Luca Bercovici, House, una casa alucinante (1985) de Esteve Miner o Critters (1986) de Stephen Herek. Se trataba de un cine que resucitaba a los grandes personajes del terror clásico como Drácula, Frankenstein, el hombre lobo, fantasmas, mansiones encantadas, asesinos, extraterrestres o monstruos de cualquier tipo pero desde el prisma del humor, que no necesariamente obligaba al abandono del terror. Concretamente nuestra Noche de miedo se centrará del género vampírico con muchas gotas de humor. El guión, aunque simple, está muy elaborado en torno al tema del terror que suele encerrar los aspectos cotidianos de nuestra vida.

A destacar la dirección de un director como Tom Holland, especialista del cine de terror que no goza del reconocimiento que merecería. Y que fue director de otras obras importantes, además de Noche de miedo que nos ocupa Muñeco diabólico (1988) o Maleficio (1996), además de ser guionista de la infravalorada Psicosis II: el regreso de Norman (1983). La película respeta el canon clásico de las viejas películas de terror tanto de la Universal como de la Hammer aunque bañadas en una apreciable ironía dando lugar a un producto que no se toma realmente en serio, convirtiéndose esto en una de sus grandes virtudes gracias al talento del director la película opta por un punto intermedio entre la tensión y el humor en una línea de cine que nos recuerda a esa otra gran parodia dirigida del cine vampírico que dirigiera Roman Polansky como fue El baile de los vampiros (1967), y que en el cine de los ochenta tuvo una gran repercusión con cintas como la adaptación cinematográfica que en 1987 dirigiera Larry Cohen de la novela de Stephen King El misterio de Salen`s Lot en 1987 con el título de Regreso a Salen`s Lot o Los viajeros de la noche de Kathyr Bigelow de 1987, Jóvenes ocultos (1987) de Joel Schumacher o Besos de vampiro (1988) de Robert Bierman.

Otro aspecto destacable se encuentra sin lugar a dudas en unos sorprendentes efectos especiales y maquillaje que lucirán fundamentalmente en la parte final de la cinta con vampiros, hombres lobos, fantasmas o muertes especialmente sangrientas. Es cine de puro entretenimiento de alta calidad en la década de los ochenta. Y ésta es una película muy especial para los amantes de los recordados video-Clubs. Su ritmo es frenético desde el comienzo, apenas decae, con escenas que quedaran grabadas en la memoria de los espectadores, por ejemplo aquélla en la que Peter Vincent descubra la identidad del vampiro haciendo uso de un simple espejo. Todos los actores realizan un gran papel, pero a destacar a Roddy Mc Dowall , en el papel de Peter Vincent, un homenaje tanto a Peter Cushing como a Vincent Price, dos actores del terror clásico, en una especie de Van Helsing draculiano. Roddy Mc Dowall ya había aparecido en cintas tan importantes como la saga de El planeta de los Simios iniciada por Franklin Schaffner en 1968 con Charlton Heston en el papel protagonista, El juez de la horca (1972), dirigida por John Huston y con Paul Newman y Ava Gardner en los papeles principales y Curso 1984 (1982), dirigida por Mark L. Lester y protagonizada por Perry King. La química que se respira en pantalla entre William Ragsdale y el propio Roddy McDowall es grande dejando varios momentos muy divertidos. También muy digno de destacar el papel del villano interpretado por Chris Sarandon, uno de los rostros más populares del cine de los ochenta con títulos como La princesa prometida (1987), dirigida por Rob Reiner y la antes mencionada Muñeco diabólico del propio Tom Holland. Chris Sarandon acaba acaparando mayor protagonismo por su arrolladora personalidad y poder de atracción. Respecto al joven protagonista, el actor William Ragsdale ha seguido en la palestra tanto en cine como en televisión con títulos como Noche de miedo 2 (1988) de Tommy Lee Wallace o Algo pasa en Hollywood (2008) de Barry Levinson, aunque como secundario.

En definitiva, estamos ante auténtico cine de los ochenta, una cinta con un alto de contendido nostálgico especialmente para aquéllos que adoramos la década de los ochenta y noventa, y que a medida que avanza su metraje mantiene más enganchado al espectador. La película contaría, como hemos señalado, con una segunda entrega que en España se titularía Noche de miedo 2 (1988) dirigida por el especialista en cine de terror Tommy Lee Wallace. Se trata de una continuación lógicamente inferior pero nada desdeñable y que pasaría a convertirse en título de culto fundamentalmente por su paso en los video-clubs. En 2011 llegaría el remake de Noche de miedo dirigida por Craig Gillespie y con Colin Farrel en el papel del vampiro, y en 2013 una segunda entrega dirigida por Eduardo Rodríguez, títulos que no van más allá del simple divertimiento y que a ojos de servidor muy inferiores a las originales.


viernes, 1 de abril de 2022

¿Por qué lloras Susan? (1967) de David Green.

 Estamos ante una interesantísima cine de terror, con dosis de melodrama. Es una película británica que se estrenó en 1967. Por desgracia, a día de hoy es una película muy olvidada y que el amante del buen cine debería reivindicar. La película fue emitida en la madrugada de un verano de los 90 por Televisión Española. Su título original, al igual que el relato en el que se basaba, era The Shuttered Room (La habitación cerrada)y que en España se tradujo como como ¿Por qué lloras Susan?. Es la adaptación de un cuento del escrito August Derleth, que a su vez se inspiró en unas ideas inconclusas de Lovecraft. Tiene un gran reparto encabezado por Carol Lynley en el papel de Susan, Gig Young en el papel del marido de Susan, Oliver Red como el lugareño hostil y Flora Robson como la tía de Susan. Todas sus actuaciones resultan brillantes, aunque especialmente me gustó la interpretación de Oliver Reed.


Respecto al argumento: tras recibir como herencia la casa de infancia ubicada en el interior de su un molino Susan volverá a su pueblo natal llamado Dunwich junto a su marido Mike. Allí se revelarán secretos que habían permanecidos encerrados largo tiempo. Susan abandonó repentinamente su casa de infancia siendo todavía una niña después de la trágica muerte de sus padres en oscuras circunstancias. Será en el molino donde se esconde un oscuro secreto y un extraño ser aterroriza a los habitantes del lugar. Este ser vive en el granero y que aparentemente ataca sin escrúpulos a cualquier persona que se le acerque. La acción transcurre en una pequeña isla donde llamará la atención de espectador la mentalidad tan retrógrada de sus habitantes con extraños ritos y brujerías de medio pelo.


Habría sido interesante que Ken Russell, director inicialmente designado para la dirección de la cinta, hubiera finalizado la filmación. Sin embargo, lo sustituyó de manera muy eficaz David Green, un director que cimentó su carrera cinematográfica fundamentalmente en la te televisión y donde se prodigó muy poco en el cine en películas como Alerta roja: Neptuno hundido (1978) con Charton Heston y Hard country (1981) con Kim Basinger, además de nuestra ¿Por qué lloras Susan? Muchos críticos se cebaron con la cinta señalando que su guión era previsible y sin apenas sorpresas. No puedo estar más en desacuerdo. Es una historia rodada de manera pausada, con buen gusto, con un estilo sorprendentemente clásico. Los diversos hilos argumentales se van tejiendo pacientemente, hay un ambiente malsano, opresivo que transmite al espectador agobio y claustrofobia. Tiene momentos de tensión muy logrados. Destaco de manera especial una excelente fotografía que recoge perfectamente la luminosidad del día, además de los bellos paisajes en el mar. Esto es un aspecto que me gustó sobremanera: una historia de intriga y terror a pleno luz del día en un lugar en un lugar especialmente soleado. En el cine español Chicho Ibáñez Serrador repetiría esta fórmula en su perturbadora ¿Quién puede matar a un niño? (1976).


La cinta combina de manera muy armoniosa terror, intriga, melodrama, además de lo que en el cine de terror de los 80 se denominaría slasher. No se trata de una cinta menor sino, que tiene gran encanto y es bastante disfrutable. Destacan especialmente algunos personajes perturbadores especialmente Oliver Reed y Flora Robson. ¿Por qué lloras Susan? influirá en cintas posteriores como Perros de paja (1971) de Sam Peckimpah y Deliverance (1972) de John Boorman.