La novia de Reanimator de Brian Yuzna es la continuación de Reanimator (1985) de Stuart Gordon, una cinta donde combinaba terror, comedia y gore de manera sorprendente dando lugar a un producto sumamente atractivo para el género de terror de los ochenta. La cinta acabó convirtiéndose en un título de culto del terror fundamentalmente por su gran éxito en videoclubs. Reanimator significó el comienzo de una fructífera alianza entre Stuart Gordon como director y Brian Yuzna como productor y que repetirían hasta en dos ocasiones más. El filme es una versión cómica y paródica del mito Frankenstein, en concreto de La novia de Frankenstein de James Whale, sólo que con situaciones rocambolescas y sangrientas con un exceso de marcado carácter bizarro. Jeffrey Combs vuelve para ponerse en la piel del doctor Herbert West y ciertamente lo hace brillantemente. Herbert West juega a ser Dios y su propósito es crear vida pero sus experimentos dan lugar a monstruosas creaciones en un intento insuficiente de imitar la vida humana.
Esta vez el productor de la primera entrega, Brian Yuzna, se hace cargo de la dirección, sustituyendo a Stuart Gordon y el resultado es manifiestamente inferior. Aunque es cierto que Yuzna lo intenta, no tiene el talento de Stuart Gordon y su película es una cinta muy entretenida pero llejos de la primera entrega. El filme tuvo una fría acogida y no cosechó el éxito de la cinta original en el mercado de videoclub que el mercado destinado originalmente, Yuzna había debutado un año antes, en 1989 con la película de Society, y La novia de Reanimator sería su segunda película como director. El tono humorístico de la película original está por entero ausente salvo en contadas excepciones. Y esto constituye una de los puntos flacos de la cinta. Gordon y Yuzna tienen ciertas similitudes en lo que se refiere al gusto por el terror, pero más allá de ello son directores muy diferentes principalmente a la introducción del humor. Brian Yuzna no es capaz de imprimir el humor negro que pide la cinta y que Stuart Gordon hizo de manera sobresaliente en la anterior entrega. Reanimator es una película de terror con grandes dosis de comedia negra, y La novia de Reanimator es una cinta de terror con sutiles dosis de comedia.
Jeffrey Combs destaca sobremanera en la interpretación del doctor West, una de las figuras claves para el cine de terror de serie b ochentero. El resto de actores también lo hacen muy bien. El aspecto visual de la película está bastante cuidado con una gran la iluminación, gran diseño de las criaturas y todo ello gracias a un más elevado presupuesto.
Poco después de los acontecimientos narrados en la primera entrega el doctor Herbert West sigue obsesionado en el desarrollo de sus experimentos que tendrán que ver no sólo por hacer regresar a los muertos a la vida de nuevo sino crear vida en un nuevo ser mediante la unión de distintas partes de varios cadáveres. El comienzo de la película resulta atractivo con la cabeza del doctor Carl Hill advirtiendo a West que en esta ocasión no escapará. El doctor Hill no está muerto sino que sobrevivió a la explosión de la morgue en la anterior película. A su vez, un médico trabajará en devolverle a la vida. La acción de la película nos sitúa en Perú donde los doctores Herbert West y Dan Cain siguen realizando macabros experimentos en plena guerra. La relación entre el doctor Cain y el doctor West es mucho más manifiesta que en su antecesora: parecen un viejo y cansado matrimonio que discuten constantemente pero que en el fondo no pueden vivir el uno sin el otro. El doctor Dan amenaza con marcharse y abandonar las investigaciones pues consideran que han superado una linea roja. Sin embargo, West le mostrará el corazón de la novia de Dan, muerta en la entrega anterior, que se ha conservado sorprendentemente bien a pesar del tiempo transcurrido, y le promete colocarlo en un nuevo cuerpo para que vuelva a latir. De este modo conseguirá su propósito y convencerá a su compañero a seguir con sus experimentos.
La novia de Reanimator pretende ir más allá de su predecesora: el doctor West ya no desea únicamente a reanimar a muertos sino crear vida a partir de restos pertenecientes a cuerpos diferentes. En su loca obsesión dará vida a criaturas macabras. La aparición final de la creación es de gran calidad en su aspecto visual. Pero el conjunto de la cinta es irregular. En comparación con la primera entrega le falta terror, además de carecer de toda sorpresa en un guión muy plano. Como es habitual en toda segunda entrega de cine de terror, y como parodió Wes Craven en Scream 2, cuenta con un presupuesto un poco más elevado y todo ello da lugar a más sangre, más mutilaciones, buenos efectos especiales. Pero se trata en el fondo de contar la misma historia que su predecesora pero sin originalidad y de manera rutinaria. Es de destacar sus efectos especiales sumamente sofisticados, recurriendo a la técnica del stop motion, cuidadosos diseños y grandes maquillajes. La ambientación sigue la línea de Reanimator: oscuro y asfixiante.
Falta fluidez en la narración porque la cinta acaba siendo un poco lenta en comparación con la primera entrega. A pesar de ello la película resulta entretenida. Habría sido necesario un guión más trabajado pues la historia, como hemos señalado, apenas innova y repite lo ya visto en la anterior.
En definitiva, una cinta perfectamente disfrutable para los amantes del cine de terror de serie b con una acumulación de secuencias pensadas para el lucimiento de unos buenos efectos especiales. Y a todo ello se le suma un bizarrísimo exagerado que lo hace muy divertido. La cinta no decepciona sino que cumple perfectamente en su cometido de pasar el rato.